Mikonos tiene lo suyo

02/08/2019

Mykonos

Hoy nos acercamos a ti en forma de texto argumentativo. En él te presentamos algunas razones y argumentos a favor de viajar a Mikonos este verano y, como contamos con ser lo suficientemente persuasivos, te vamos ya adelantando un consejo: no demores mucho tu reserva pues, como dijo el poeta Virgilio, “Tempus fugit, ¡el tiempo vuela! Y el verano no es una excepción.

Mikonos y su vecina Delos. La lista de encantos de la isla arranca con la ventaja geográfica que supone uno de los ganchos más persuasivos del destino griego. Nos referimos a la cercanía a Delos, uno de los cuatro yacimientos arqueológicos estandartes de Grecia. 

No todos los días se tiene tan a mano el que fuera uno de los enclaves fundamentales del Mediterráneo durante la antigüedad clásica, famoso por ser el lugar donde la diosa Leto habría dado a luz a Apolo y Artemisa. Por eso, te recomendamos que destines unas horas de tus vacaciones en Mikonos a visitar el Museo Arqueológico de Delos, abierto a diario de 08:00 a 20:00 horas.

Mikonos y sus museos. Mikonos cuenta con varios centros consagrados a la cultura, inmersiones históricas y patrimoniales que estimularán tu intelecto entre chapuzón y chapuzón. ¿Los repasamos?

– El Museo Arqueológico de Mikonos es bello por fuera y ligero por dentro. Bajo su blanco caparazón se concentra un contenido ameno, sin agobios. Famoso por contener una completa colección de jarrones, entre estos llama la atención una pieza en la que reconocerás al mismísimo y célebre Caballo de Troya, ese elemento clave en la derrota de la ciudad. En definitiva, el Museo Arqueológico de Mikonos es pequeño, pero vale la pena. Además, es un lugar perfecto para contemplar y retratar una de esas puestas de sol tan de la isla bañada por el Mar Egeo.

– El Museo Folclórico de Mikonos es un viaje en el tiempo. También compacto e informal, este agradable museo cuenta mucho sobre la historia de la isla. La experiencia interesante se redondea con dos sucursales más allá de sus muros, importantes para entender el modo de vida de Mikonos: la Casa de Lena, típica del XIX; y el Museo de Agricultura, parte del Molino de Boni (a cinco minutos a pie de la citada casa), cuyas tres plantas pueden visitarse en verano. El conjunto fascina por su fotogenia; se trata de un rincón muy de red social, poseedor de las mejores vistas. 

– El Museo Marítimo del Egeo (Enoplon Dinameon, 10). En estas líneas te estamos hablando de motivos, y por eso queremos tentarte a visitar este museo. ¿Cómo? Recordándote que el Egeo es sinónimo de navegación, y que nada mejor que acercarse a ese pasado tan presente que a través de la colección privada del capitán George M. Drakopoulos. Un museo con premio: su fundador recibió una mención por la iniciativa.

Mikonos y las iglesias ortodoxas. A unos metros del citado Museo Folclórico de Mikonos divisarás el conjunto de iglesias de Paraportiani, monumento nacional. Estas se hallan en el interior del barrio del Castillo (Κάστρο), conformado por un conjunto de casas medievales. ¿A qué apetece?

Mikonos y sus barrios. El popular barrio de Alefkándra, conocido como la “Pequeña Venecia”, no defrauda. Vale la pena recorrer la zona, mirar, respirar, absorber y no olvidar las típicas casas con balcones y pórticos situadas a orillas del Egeo. De hecho, Mikonos rebosa vida junto al mar. La isla griega es sinónimo de mesas de madera y sillas sencillas, desde las que se escucha el sonido del ir y venir de un mar turquesa que nada tiene de ordinario. 

Mikonos y las aspas. Una estampa muy característica de Mikonos son sus icónicos molinos de viento. En formación de a uno, robustos, rechonchos, sus cubiertas de paja recuerdan a la versión deshilachada de la peluca monacal de El nombre de la rosa (1986). Antaño más numerosas, hoy los que quedan pueden contarse con los dedos de las manos, al menos los situados al sur del barrio de Alefkándra. A pesar de ser menos, siguen mereciendo nuestro cariño y atención.

Mykonos

Mikonos y su vida nocturna. Cae la tarde y, tras ella, la vida se levanta en los  diferentes bares o tabernas, clubes y discotecas de una isla que, cuando llega la noche, sigue siendo pequeña y pintoresca, pero también muy marchosa. Toma nota.

Lo dicho, Mikonos es Mikonos… y Mikonos y tú, Mikonos y vosotros. Mikonos con familia, con amigos o a solas. Mikonos y sus vistas, pues desde la parte más alta de la isla se logran unas perspectivas espectaculares. En definitiva, este coqueto rincón del Egeo te espera con sus casas encaladas y la fotogenia de unas calles angostas y juguetonas. Mikonos es diferente al resto de las Cícladas, es única, así que vuela, vuela.

Foto: spoohClarence; Sharat Ganapati Mlenny | Marita Acosta

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