Es poco probable que veamos a Jennifer Connelly en alguna cinta que incluya toma de algún avión porque la actriz se convierte en un manojo de nervios cada vez que sabe que tendrá que volar, tanto así que necesita medicarse para calmar sus nervios antes de un viaje.
«Nada me ha funcionado. He besado el avión pensado que esto me va hacer a sentir mejor y no. Además, no me gusta el ruido que hace, siempre es el mismo«, explicó Connelly a un diario estadounidense.
«Cada vez que la turbina cambia de velocidad en realidad me asusto y cada turbulencia me hace gritar y luego empiezo a llorar. Debo subir medicada, lo merezco y también el resto de las personas que viajan conmigo«.
Foto | Pete Morawski
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