Su cultura. Su música. Sus monumentos. Sus museos. Su tarta Sacher. Sus cafés. Sus bombones Mozart. Sus bolas de nieve Perzy… ¿Qué bien suena esto, verdad? Pues mejor aún suena una escapada, aunque sea exprés y de solo un par de días, a una de las capitales europeas más bonitas y atractivas. ¡Venga! ¡Qué nos vamos a Viena!
Si bien es cierto que una ciudad como Viena se merecería al menos tres o cuatro días para no perderte ninguno de sus encantos, también es cierto que, en un par de días se puede conseguir mucho.
Voilà nuestra planificación exprés:
Día 1 por la mañana.
- Mercado callejero Naschmarkt. Madruga y dirígete sin más preámbulos al mercado más importante de la ciudad. Abierto desde las 6 am. cuenta con más de un centenar de puestos de productos frescos y de lugares en donde probar comida austriaca.
- Tras el recorrido mercantil y tras haber “re-desayunado” en uno de sus típicos locales estás listo para dirigirte al centro histórico vienés. Allí te espera el Palacio de Hofburg. Se trata de una visita cultural con audioguías, en la que aprenderás mucho sobre la historia del país y sobre los Habsburgo. Bueno, y también sobre libros antiguos y bibliotecas impresionantes. Y es que en uno de los anexos del Palacio encontramos la Biblioteca Nacional de Austria.
- Al salir de Hofburg es una buena idea acercarse al edificio de la Ópera. Puedes elegir entre verla solo por fuera o entrar (su hall es precioso y su auditorio gigante) o, si se alinean los astros, comprar entradas para el espectáculo de esa noche y así la conoces mientras disfrutas cómodamente sentado.
- Si decides visitar la Ópera por dentro en ese momento, seguramente al salir ya haya llegado el momento de reponer fuerzas comiendo en algún restaurante de la zona. En caso contrario, acercarte a la Iglesia de los Capuchinos. No te pierdas su Cripta Imperial con sus monumentales féretros pertenecientes a miembros de la realeza austriaca.
Día 1 por la tarde.
- Tras reponer fuerzas y comer algo, es un buen momento para recorrer parte de la Ringstrasse, una importante avenida circular de más de 5 kilómetros. Puedes hacer este recorrido en tranvía o a pie. Y durante el mismo presta especial atención a los edificios de la Bolsa, del Ayuntamiento, del Parlamento, o incluso puedes acercarte hasta la Iglesia de San Carlos Borromeo. ¡Las columnas que la presiden te dejarán sin habla!
- Una vez hecho este recorrido quizás te apetezca sentarte y disfrutar de un chocolate caliente acompañado de un delicioso trozo de tarta. Te proponemos para ello el Café Central, no solo por su repostería, sino también por su ambiente: viajarás en el tiempo al son de los acordes de música de piano en vivo y en directo.
- Para cerrar el día tenemos, o bien el Palacio Beldevere, con mucho verde, mucho barroco y El Beso de Klimt coronándolo todo, o bien acercarnos a alguno de estos museos: Museo del Reloj, Museo de Carruajes imperiales o Museo de Historia del Arte.
- No olvides, antes de retirarte, de disfrutar de una típica cena vienesa acompañada de un buen vino de la zona. O, si el cansancio aún no te ha vencido, dirígete hasta la orilla del Danubio y aprovecha para darte un paseo en barco con cena por el río.
Día 2 por la mañana.
- No te puedes ir de Viena sin conocer la que fuera la residencia de verano de la carismática Sissí Emperatriz. Y es que el Palacio de Schönbrunn impresiona. Impresionan sus estancias estilo rococó, impresiona su arquitectura exterior e impresionan sus jardines. No hay mejor manera de empezar el día.
- Después de adentrarte en la vida de Sissí, llega el momento de conocer la Catedral de San Esteban. Se trata de la iglesia más importante de la ciudad y, desde su torre, a la que puedes acceder en ascensor, atisbarás el centro de Viena y tendrás unas bonitas panorámicas.
- Seguro que en este momento ya necesitas recuperar fuerzas, hora de comer y de relajarte un rato, para después continuar con…
Día 2 por la tarde.
- Edificios Hundertwasserhaus. Disfrutarás con arquitectura diferente y especial. Estos edificios destacan por sus coloridas fachadas y originales formas.
- Tras la locura de Hundertwasser puedes aprovechar y llegar hasta el Prater, el parque de atracciones más antiguo del mundo. Data de 1895 y aún hoy conserva atracciones de aquella época en perfecto estado. Para muestra, su noria gigante.
- Y ahora, ¿qué tal otro respiro? ¿Ese con el qué culminar la estancia exprés en la ciudad? ¿Nos lo damos en el famosísimo Café Sacher? ¿Y damos por finalizada la visita con sabor a tarta Sacher?
¡Con organización dos días dan mucho juego, incluso en una ciudad tan interesante como Viena!
Fotos | Ana Rey