Ya llegó diciembre, fum fum fum. Los árboles de Navidad habrán llegado a nuestras casas y oficinas, los turrones a nuestras mesas, y los regalos a nuestros calcetines.
Obsequios los hay materiales y simbólicos. Los hay en tres dimensiones, pero también otros que, aunque intangibles, no son menos satisfactorios. En este sentido, ¿habéis pensado en regalar un viaje? Porque pocas son las cosas con las que acertaréis seguro. Un vuelo, que no es sino el símbolo de un montón de promesas de experiencias nuevas por vivir, es garantía de abrazos, brincos y quien sabe si de llantos (de alegría, por supuesto).
Una vez decidido el qué, viene el dilema del dónde. Siendo que la vieja Europa siempre es una buena opción, os propongo que la elegida sea Londres. Incertidumbres aparte, 2020 es el año para seguir apostando por una ciudad que nunca defrauda, que siempre es divertida.
Londres en enero viene cargada de rebajas, aunque entre ganga y ganga se le puede exprimir el jugo a la actualidad. Una vez pasada la fiebre de la Navidad, es el momento idóneo para dejaros deslumbrar por las impresionantes celebraciones del Año Nuevo Chino. Se trata de un evento muy especial, dado que el de Londres es el festejo más importante fuera de China.
En algún momento, acercaos también a descubrir Vinegar Yard, un nuevo espacio para comer, beber, comprar y disfrutar del arte. Con instalaciones artísticas (incluido un vagón de tren que no os podéis perder), tiendas pop-up, bares, puestos de comida callejera y un jardín al aire libre con capacidad para cientos de personas, Vinegar Yard es desde ya una nueva visita obligada en Londres.
Abierto los siete días de la semana, es un lugar estupendo para hacer de todo, desde desayunar a cenar, así como para tomar uno de los mejores cafés de la ciudad. Los fines de semana constituyen el mejor momento para hacerse con un chollo en su mercado vintage, “Flea London”, donde se encuentra de todo un poco: ropa retro, objetos para el hogar, libros, cerámica o cámaras.
Londres en febrero es el momento de dirigir la mirada hacia el Támesis para contemplar otro evento de lo más especial: el “Illuminated River”, río iluminado, o cuando los puentes de Londres son la atracción. Se trata de una original instalación por la que los puentes más icónicos sobre el Támesis se iluminan de noche y llenan Londres de color.
Extendiéndose a través de 15 puentes, esta impresionante exposición nocturna transforma el Támesis en una brillante pieza de arte, a la vez que arroja una nueva luz sobre algunos de los puntos más emblemáticos de Londres. Diseñado por Leo Villareal y Lifschutz Davidson Sandilands, la iluminación utiliza la última tecnología LED en un sendero de arte público gratuito que discurre a lo largo de la famosa vía fluvial de la ciudad.
Por último, Londres en marzo es la ocasión perfecta para visitar la exposición de los tesoros del faraón Tutankamón, en la Saatchi Gallery. Uno de los principales reclamos de esta muestra es que incluye 60 objetos nunca antes vistos fuera de Egipto. Se trata, pues, de una cita única que no os podéis perder. Conoceréis la fascinante historia de cómo el explorador británico Howard Carter y el financiero Lord Carnarvon desenterraron la antigua tumba egipcia de uno de los faraones más famosos de la historia.
Afortunados aquellos de vosotros cuya escapada a Londres se celebre próximamente. Si encajáis en esta gloriosa categoría, os recomiendo que echéis un vistazo a las siempre famosas luces de Navidad de la calle de pasado rebelde, Carnaby, y sus alrededores. Para la decoración de este 2019 han elegido una temática de lo más llamativa: el fondo del mar, el siempre apasionante mundo subacuático. Tenéis hasta el 1 de enero y, como muchas otras cosas en Londres (y casi todo lo que en esta entrada os hemos contado), es gratis.
Imágenes de Joseph Kent; Garry Knight; Pedro Szekely; a.canvas.of.light