Los exóticos sabores de Marruecos

16/09/2021

 

 

Como hemos abordado más de una vez en este blog, nuestro vecino del sur tiene mucho que ofrecer a los visitantes: ciudades fabulosas como Fez, Marrakech, Ouarzazate, Rabat o Tánger; fantásticas opciones de ecoturismo, incluyendo senderismo por las montañas del Atlas y safaris por el desierto; sin olvidarnos, claro, de playas sumamente atractivas.

A medida que vas descubriendo Marruecos y experimentas todas estas sensaciones, notas que existe un delicioso denominador común: una cocina magrebí, norteafricana, sabrosa y distintiva como ninguna otra que conocemos; una gastronomía que proviene de Oriente Medio, del resto de África y de Andalucía (sí, de Andalucía que, como bien recordarás, estuvo bajo poder musulmán durante más de 700 años en la Edad Media).

Las carnes de res o cordero son proteínas comunes, a menudo acompañadas de alguna combinación con aceite de oliva, de aceite de argán, de fruta seca, de sémola de trigo o de una enorme variedad de hierbas y especias; por ejemplo, la clásica mezcla de especias ras el hanout contiene la friolera de 27 ingredientes diferentes.

¿Has probado alguna vez la comida marroquí? Si es así, sabes muy bien por qué nos gusta tanto; si no, sigue leyendo, porque te espera un verdadero placer.

Sopa harira

La sopa nacional de Marruecos es un alimento básico, popular y abundante que se suele consumir como entrante para la cena después de un día de ayuno desde el amanecer hasta el anochecer durante el mes sagrado del Ramadán.A menudo se sirve con dátiles secos.

Entre los ingredientes de la harira encontramos harina de trigo, pasta de tomate, lentejas, garbanzos, arroz, huevos batidos y un poco de carne (generalmente ternera, cordero); todo ello sazonado, cocinado a fuego lento y habiéndolo dejado reposar durante la noche.

Tajine

Este sabroso guiso originario del pueblo bereber de Marruecos quizás sea la especialidad más reconocible del país: su nombre se debe al plato de arcilla cónico en el que tradicionalmente se cocina a fuego lento y más tarde se sirve.

Los tajines (la receta) se suelen elaborar con carne de res, cordero, pollo o pescado en rodajas junto con garbanzos y verduras como zanahorias, tomates, cebollas y judías verdes; algunas variedades incluyen frutos secos como dátiles, albaricoques, higos y ciruelas pasas.

Es costumbre adornarlos con limones y huevos duros, y se sazonan con especias del orden de perejil, cilantro, canela, comino, jengibre, pimiento rojo molido, azafrán, canela o cúrcuma.

Cuscús

Este plato es común en todo el norte de África y se basa en sémola de trigo, pequeños gránulos producidos en el proceso de molienda: se cuecen al vapor hasta que obtienen una textura esponjosa y luego se cuecen en caldo de pollo o verduras.

Al cereal se le agregan carne, verduras y especias, pudiendo existir tantas recetas como cocineros: hay cuscús que usan solo carne; otros solo vegetales; o añaden pasas y almendras; y también hay versiones dulces “de postre”, con pasas, orejones, dátiles, zumo de naranja, piñones, canela y azúcar en polvo. Un alimento de lo más completo.

Merguez

La salchicha magrebí por excelencia está hecha con carne picada de cordero, ternera o una mezcla de ambas, y (su toque característico) muy condimentada con comino, ají y hinojo. La puedes encontrar servida sola, con patatas fritas o en sándwich; en ocasiones, también se corta para sumar sabor a tajines y cuscús.

Bastela

¿Imaginas pollo y azúcar o canela combinados en un mismo plato? Pues el icónico pastel de pollo marroquí ofrece exactamente esto, convirtiéndose en una especie de empanada horneada en masa filo y sazonada con ras el hanout, jengibre, comino, ajo y almendras. La bisteeya se puede elaborar también con mariscos.

Rfissa

Considerado por los marroquíes como su comida reconfortante, se trata básicamente de pollo guisado y lentejas vertidas sobre una cama de algún tipo de pan: tortitas de trigo, crepes o sencillamente en un pan normal del día anterior. Pero lo que le realmente da a la rfissa su sabor distintivo es el caldo en el que se cocina, sazonado con una mezcla de especias que incluye ras el hanout y semillas de fenogreco.

Dulces tentaciones para el postre

El toque dulce final de una comida marroquí se proporciona no pocas veces en forma de fruta, incluyéndose naranjas en rodajas espolvoreadas con canela, o ensaladas de frutas cubiertas con una mezcla de yogur y jugo de naranja.

Eso sí, la gastronomía de Marruecos resulta tan rica en tonos y sabores que también hay postres originarios del país que merecen la pena para tener en cuenta: por ejemplo, el kaab el ghzal (“cuernos de gacela»), unas galletas rellenas de pasta de almendras, perfumadas con canela y agua de azahar; los briouats, una variación de pastelería triangular con los mismos ingredientes; o la chebakia, tiras de masa dispuestas en un remolino o en forma de rosa, fritas, cubiertas con jarabe de miel y agua de rosas y espolvoreadas con semillas de sésamo.

Estas últimas se preparan especialmente durante el Ramadán y para ocasiones especiales, aunque a veces se pueden ver durante todo el año.

Más allá de estas exquisitas recetas, todo lo anterior suele ir acompañado de agua, zumos de frutas, refrescos o la bebida más popular del país: thé à la menthe (lo que en España se conoce como té moruno), un té verde caliente preparado con hojas de hierbabuena y mucho azúcar.

¿Se te está haciendo la boca agua? Entonces es el momento de reservar tu vuelo a Marruecos y descubrir un mundo de experiencias y sabores que deleitarán a tus papilas gustativas. Créenos: ¡cambiará incluso tu visión de la vida!