Nuestra historia de vida tiene especial importancia en el desarrollo de nuestros miedos, y no sólo en esto si no en la manera que tenemos de afrontarlos.
Muchas veces leemos mil pautas para “dejar de tener miedo a volar” y por mucho que nos informamos, este miedo sigue cada vez más presente y limitándonos la vida. Y es que empezar por las pautas que leemos sin entender de dónde viene este miedo, es como empezar la casa por el tejado.
Por eso, en este artículo te invitamos a que hagas un recorrido a lo largo de tu historia de vida, para que pongas especial atención en las experiencias que puedan estar relacionadas con esta limitación así como la forma en la que aprendiste a gestionar distintas emociones o dificultades.
Cuando ponemos palabras a lo que nos sucede, entendemos nuestras reacciones o damos con el motivo de algún conflicto interno, el cerebro integra esa información haciendo que nuestras respuestas fisiológicas y emocionales sean más adaptativas y proporcionadas a la situación que nos enfrentamos.
Entonces… ¿Por qué aparece el miedo a volar?
El miedo a volar puede aparecer por muchos motivos y seguramente sea algo multifactorial. Podemos haber sido protagonistas del suceso o simplemente observadores del mismo. A continuación te damos algunas ideas:
Puede que hayas vivido a lo largo de tu vida experiencias traumáticas relacionadas directamente con aviones.
También puede suceder que esas experiencias las haya vivido alguna persona cercana a ti y te la hayan contado.
Puede ser un aprendizaje derivado de películas, publicidad, medios de comunicación…
También cabe la posibilidad de que nunca hayas tenido una experiencia negativa relacionada con un avión concretamente, pero sí con algún medio de transporte, como puede ser un vehículo, el metro, un tren, un ascensor, etc.
O quizá que tu forma de enfrentar las dificultades sea mediante el control, ya que esto puede dar una percepción de seguridad, es decir “si tengo todo bajo control, me sentiré más seguro”.
De una manera u otra, estos tipos de experiencias le enseñan al cerebro que el mundo es un lugar peligroso y ante situaciones que podemos percibir “de riesgo” nuestro organismo desencadena distintos cambios tanto fisiológicos como emocionales, para hacer frente a esas situaciones y por lo tanto, sentir que podemos defendernos o ponernos a salvo, de la percepción de amenaza.
¿Cómo aprendiste a gestionar tus emociones?
Por otro lado, la forma en la que te enseñaron a gestionar las emociones cuando eras pequeño también juega un papel fundamental en el desarrollo de este miedo a volar.
¿Te has preguntado alguna vez de qué forma actuaban tus cuidadores principales ante el miedo en tu infancia?
Cuando somos pequeños, aprendemos a estar en contacto con nuestras emociones y a saber qué hacer con ellas. Este aprendizaje comienza con nuestros cuidadores principales, por eso es importante poner el foco en la forma que tenían ellos de relacionarse con el miedo.
Puede que las primeras veces que experimentaras esta emoción, ellos no te dieran la seguridad que necesitabas en ese momento, porque no sabían hacerlo o puede que no estuvieran presentes. Ante esa ausencia de acompañamiento el cuerpo puede aprender que necesita control para sentirse seguro y a salvo, por eso no sería de extrañar que de adulto, haya una tendencia a controlar en los momentos que experimentas mayor inseguridad.
Por el contrario, también puede suceder que si ante la emoción de miedo tus cuidadores principales se desbordaban porque no sabían gestionar dicha emoción, se puede producir un aprendizaje de que el mundo es peligroso y no estás a salvo. Eso podrá hacer que de adulto tiendas a un estilo de afrontamiento ansioso ante las situaciones que percibas potencialmente peligrosas o desconocidas.
Para concluir, te animamos a que reflexiones sobre las siguientes preguntas sobre el miedo y tu historia:
¿Tus cuidadores principales expresaban sus miedos? ¿Te permitían a tí expresar los tuyos?
Cuando lo expresabas, ¿cómo reaccionaban ellos?
¿Qué forma tenían tus cuidadores para expresar su miedo? ¿Cómo atendían tu miedo tus cuidadores principales?
¿Percibes alguna relación entre la forma que tuvieron de atender su miedo tus cuidadores a como lo atiendes tú hoy en día?
Por todo ello, el proceso de cambio en el miedo a volar parte del autoconocimiento. No podemos cambiar una situación sin identificar y dar un sentido a los pensamientos y emociones que aparecen, y sólo poniendo el foco en nuestras experiencias de vida podemos darles ese sentido, de aquí la importancia de nuestra historia en el miedo a volar.
Autor: Crea Sentido