Los grandes raids españoles

24/02/2022

Los años veinte del pasado siglo pueden calificarse como los años de oro de la aviación. Apenas 20 años después de que los hermanos Wright hiciesen el primer vuelo controlado de un avión con motor, y tras una guerra en la que la aviación dio pasos de gigante, la paz trajo los deseos de acortar el mundo gracias a los aviones. Se llegó a los dos polos volando. Se cruzó el Atlántico. Se voló de Europa a Australia y a Sudáfrica. Incluso se dieron las primeras vueltas al mundo volando.

España no fue ajena a esta fiebre aérea, y los aviadores españoles completaron lo que hoy se llama los grandes raids de la aviación española. Aquí hablaremos de cinco de ellos. En orden cronológico, el primero fue realizado con el hidroavión Dornier J Wall Plus Ultra con matrícula M-MWAL. El vuelo se desarrolló del 22 de enero al 10 de febrero de 1926, con los pilotos comandante Ramón Franco y el capitán Julio Ruiz de Alda a los mandos, acompañados por el teniente Juan Manuel Durán como navegante, y el cabo mecánico Pablo Rada.

En total se recorrieron 10.270 kilómetros en 59 horas y 30 minutos entre el puerto de Palos de la Frontera y Buenos Aires, con siete tramos, el más largo de ellos de 2.305 km entre Porto Praia en Cabo Verde y la isla de Fernando de Noronha, que recorrieron en 12 horas y 40 minutos. En este tramo no participó Rada con el fin de aligerar el avión, aunque se reunió luego con el resto de la tripulación. Aunque no fueron los primeros en cruzar el Atlántico Sur entre Europa y América, si fueron los primeros en llegar con el mismo avión con el que partieron.

Hoy el Plus Ultra se exhibe en el museo del Transporte de Luján (Argentina) y una réplica en el museo Aeronáutica y Astronáutica de Cuatro Vientos (Madrid). La Escuadrilla Elcano, voló del 5 al 18 de abril de 1926 de Cuatro Vientos a Manila (Filipinas). Estaba compuesta por tres aviones CASA Breguet XIX bautizados Fernando de Magallanes (matrícula 4), que pilotaría el capitán Rafael Martínez Esteve con el mecánico Pedro Mariano Calvo;, López de Legazpi (matriculado 29) con Joaquín Loriga Taboada y Eugenio Pérez; y el Juan Sebastián Elcano (30) con Eduardo González-Gallarza y Joaquín Arozamena. De los tres, solo llegó a Manila el Lópiez de Legazpi, tripulado, para la última de las 17 etapas, por González-Gallarza y Joaquín Loriga.

El Fernando de Magallanes quedó en el desierto de Jordania y el Juan Sebastián Elcano en Tien Pack, pero los seis tripulantes regresaron a España. La Patrulla Atlántida, que 10 al 25 de diciembre de 1926 recorrió la costa africana entre Melilla y Guinea española y regreso. Aunque quizás no parezca un gran logro, tuvo una gran importancia en su momento, tanto que el comandante Rafael Llorente recibió, como jefe de la misma, el segundo premio de la Liga Internacional de Aviadores en 1927. El primer premio fue para Charles Lindbergh por su vuelo sobre el Atlántico norte sin escalas.

La patrulla estaba compuesta por tres Dornier J Wal: el bautizado Valencia y matriculado 1: con el comandante Rafael Llorente (piloto), el capitán Teodoro Vives (observador), el sargento Lorenzo Navarro (radiotegrafista), y el soldado Antonio Naranjo (mecánico). El Cataluña (matrícula 5): con el capitán Manuel Martínez, segundo piloto Antonio Llorente (segundo piloto), el capitán (fotógrafo) y el soldado Juan Quesada (mecánico). Y el Andalucía (7): con el capitán Niceto Rubio (piloto), el capitán Ignacio Jiménez (segundo piloto), el capitán Antonio Cañete  (observador) y el soldado Modesto Madariaga (mecánico).

El cuarto gran raid fue el del CASA Breguet XIX TR Gran Raid (matrícula 12-72) Jesús del Gran Poder, que del 24 al 26 de marzo de 1929 voló de Sevilla a Cassamary (Brasil), a 50 km de Bahía, una distancia de 6.550 km, al quedarse sin gasolina por el fuerte viento en contra que encontraron sus pilotos, los capitanes Ignacio Jiménez (de la Patrulla Atlantida) y Francisco Iglesias (mecánico). El objetivo era haber llegado a Río de Janeiro sin escalas y batir el record de distancia de un avión.

Tras un intento fallido de volar hasta Bombay entre el 28 y el 29 de mayo de 1928, ambos pilotos, a los que se había prohibido repetir con un avión terrestre el vuelo del Plus Ultra (que era un hidroavión) y se les ordenó el vuelo a Bombay, lograron el permiso para el vuelo a Río de Janeiro. Desde Cassamary, siguieron volando hasta Cuba, pasando por Río de Janeiro, Montevideo, Buenos Aires, Santiago de Chile, Arica, Lima, Patía, Colón y Managua. Llegaron a la Habana el 17 de mayo tras recorrer 22.000 km en 121 horas de vuelo. Tripulantes y avión regresaron a España en barco, completando en vuelo el tramo tablada Cuatro Vientos.

Decorado con motivos andaluces y bautizado por la reina Victoria Eugenia que rompió una botella de vino contra el buje de la hélice, el Jesús del Gran Poder puede ser admirado hoy en día en el Museo de Cuatro Vientos. Y finalmente el vuelo del Cuatro Vientos, otro CASA Breguet XIX Gran Raid Super Bidón (esto por la gran capacidad de combustible con la que se modificó), matriculado 12-71. A bordo del mismo volaron el teniente Joaquín Collar como piloto y el capitán Mariano Barberán, impulsor del proyecto.

Tras volar de Cuatro Vientos a Tablada (Sevilla) el 8 de junio de 1933, emprendieron el vuelo hacia Cuba y México el día 10. Llegaron a La Habana el 11 de junio tras 39 horas y 55 minutos en el aire, tiempo en que recorrieron 7.895 km. El 20 de junio partieron para Ciudad de México, a 1.920 km de La Habana. Despegaron a las 08:45 y a las 11:35 se les vio volando cerca de la ciudad mexicana de Villahermosa. Nunca más se supo de ellos. Una réplica del avión se expone en el museo de Cuatro Vientos.

Autor: Fly News