Cada día un gran número de personas se movilizan para coger un avión, y un gesto que puede ser tan rutinario o sencillo para algunas personas, para otras no lo es tanto. Es el caso de las personas con TEA (Trastorno del Espectro Autista), para quienes el proceso de volar puede ser complicado.
Para las personas que padecen TEA moverse en entornos novedosos y con un gran número de estímulos es complejo. Tienen dificultad para procesar estímulos y para ellos, flexibilizar y asimilar elementos nuevos supone un extra de esfuerzo y estrés. Si en condiciones normales encontrarte en un lugar nuevo o que desconoces como un aeropuerto puede generar dudas, estrés y nerviosismo, imagínate para una persona a la que se le hace complicado esto de forma natural.
Por eso hoy queremos hablar de pasos que dar a la hora de planificar un viaje y que pueden ser importantes para aquellas familias con hijos con TEA. También intentaremos dar algunas ideas sobre cómo gestionar una crisis en caso de que la previsión y la anticipación no hayan sido suficientes. Y si en tu caso, no tienes a tu cargo personas con TEA, te invitamos a que sigas leyendo, porque tu ayuda también puede ser necesaria para las familias.
El proceso de prepararnos para el vuelo
Como hemos dicho, las personas con TEA tienen dificultad para procesar ambientes nuevos. Por eso, los días previos al viaje vamos a centrarnos en explicaros la importancia de anticipar lo que va a ocurrir y de acercar a nuestro hijo o hija a lo que será el lugar de mayor estrés para ellos, el aeropuerto:
- Un paso importante es hablar con ellos del viaje, de todo lo que van a encontrar en el aeropuerto y de los pasos que daremos hasta montarnos en el avión.
- Los días de antes si es viable, podemos acercarnos con ellos al aeropuerto para que puedan ver qué hay, e intentar que sea un lugar menos desconocido para el día del viaje.
- Y también es útil hacerles partícipes del equipaje y de la planificación (dentro de lo posible). Pensar con ellos cosas que les pueden ayudar, como los objetos de apego (son objetos seguros para ellos ya que están acostumbrados a utilizarlos), pensar en actividades que les gusten o llevar cascos que reduzcan los ruidos que pueda haber en el entorno (con el fin de reducir los estímulos que reciben).
Las familias y acompañantes van a tener un papel muy importante en el proceso, porque son un lugar seguro ante un entorno nuevo y diferente.
¿Y si a pesar de prevenir, mi hijo tiene una crisis?
Puede ocurrir que incluso tratando de anticipar todas las novedades o dificultades que pueda haber, haya alguna situación complicada que lleve a nuestros hijos a sentir estrés y que ello desencadene una crisis. Veamos qué alternativas o qué cosas podemos intentar poner en juego en ese momento.
Lo primero de todo, intentemos mantener la calma. Nuestros hijos necesitan sentir que cerca de ellos puede haber un lugar seguro al que acudir (nosotros), y la calma va a ser nuestra mejor aliada. Tienes capacidades para ayudarle, aunque no sea fácil, y si sientes que gestionarlo se vuelve difícil para ti, pide ayuda a la tripulación si lo necesitas. Están preparados para hacer frente a estas situaciones que, como padre o madre, a veces pueden asustar.
Tenemos que ser conscientes que ante una crisis es más importante actuar que intentar razonar o hablar con los niños. Puede ser importante que pensemos si hay algún elemento que le pueda estar generando estrés, con el fin de poder eliminarlo, y si no lo hay, tratar de cambiar el foco de atención. ¿Cómo podemos hacerlo? Intentando coger alguno de los juegos o actividades que llevemos con nosotros y que sean sencillos. Pero sobre todo, si poquito a poco va consiguiendo dar pasos hacia adelante, trata de reforzar y de mostrar cariño.
Algunos consejos que pueden ser útiles:
Hemos hablado de pasos que dar a la hora de prevenir y anticipar, y también de qué hacer ante una crisis, pero para terminar, queremos dejaros algunas ideas que también pueden ser necesarias y útiles cuando planifiquemos el viaje.
- Son preferibles los vuelos directos.
- Se puede intentar buscar vuelos que no coincidan con las horas en las que hay más movimiento en el aeropuerto.
- Puedes avisar a la propia compañía para que puedan prestaros asistencia en caso de que sea necesario.
- Acude al aeropuerto con tiempo para tener margen de gestionar todas las dificultades que puedan aparecer.
Autor: Psicoline