Si Marruecos es un lugar mágico por sus sabores, playas y callejuelas, también lo es por los colores de sus jardines. Un país para explorar con los 5 sentidos que debería visitarse al menos una vez en la vida. ¿Quieres saber qué jardines no deberías dejar de visitar? Te lo contamos.
Los jardines exóticos de Sidi Bouknadal, a un paso de Rabat
Muy cerca de Rabat, a unos 20 kilómetros, nos encontramos este jardín hecho paraíso donde a través de los distintos climas y su vegetación podemos ver plantas procedentes de China, Japón, Brasil, Polinesia… Un sinfín de colores (y olores) para perderse durante unas horas. Es Patrimonio Cultural Nacional desde 2003 y además de sus fuentes, árboles y plantas, verás un aviario con diferentes especies de aves de la zona. Sin duda, un lugar mágico que gustará a mayores y pequeños y que por menos de un euro podrás visitar. Como todo, mejor si evitas las horas punta para poder disfrutar de su belleza tranquilamente.
Jardines de Jnan Sbil
Escapando del ritmo y gentío de la Medina nos encontramos este oasis de calma en pleno corazón de Fez. Es un jardín público con tres siglos de historia que en sus inicios estaban conectados al Palacio Real para uso y disfrute del rey, y no fue hasta 1917 que se abrió al público. Cuenta con más de 3.000 especies de plantas divididas en Jardín Andaluz, Jardín Mexicano y Jardín de Bambú; en su recorrido también verás fuentes y bancos para descansar y refrescarte. Es el pulmón verde de la alocada Fez y solo debes tener en cuenta que cierra al público los lunes. El resto de días podrás refugiarte en estos jardines del bullicio y calor de la ciudad.
El capricho de Yves Saint Laurent
Al jardín Majorelle le dio su nombre Jacques Majorelle, pintor exiliado en el país en 1919. Durante su estancia, se enamora de Marruecos y se compra una finca donde construye un chalé y se instala. Apasionado de las plantas, va poco a poco construyendo un jardín botánico alrededor de su casa que queda abandonado a su vuelta a Francia. En 1980 Yves Saint Laurent y su pareja adquieren su casa y reviven el jardín llegando a crear una fundación para su recuperación. Aumentan las especies de plantas considerablemente y crean el Museo de arte islámico, donde se puede ver su colección personal. Un jardín con historia que merece la pena recorrer con calma para no perderse ningún detalle de sus flores, plantas de todos los continentes y ornamentos. Un consejo: trata de comprar las entradas por internet con antelación para ahorrarte la cola al llegar.
Anima André Heller Garden
Una explosión de colores y originalidad dentro de Marrakech donde descansar del bullicio y escapar del calor, un lugar mágico de sensualidad, contemplación e inspiración. Este jardín cuenta con más de 250 especies de plantas y con la ventaja de que tiene un fácil acceso desde el centro de la ciudad en una lanzadera que te deja a las puertas del parque. Además de por su botánica, este jardín destaca por sus curiosas esculturas, coloridos y vistas a la cordillera del Atlas con nieve en su cumbre. Fue creado por el artista André Heller y es toda una experiencia para los sentidos. En el recorrido también encontrarás puestos de batidos y platos frescos. Un lugar del que no querrás salir.
El jardín secreto de Marrakech
Tras varias idas y venidas de la realeza, el jardín quedó abandonado hasta 2008 cuando una pareja italiana con mucha vista, quiso volver a ver el jardín con vida. Lo consiguieron en 2016, año en el que abrió sus puertas al público, y desde entonces se ha convertido en un símbolo de la ciudad y uno de los lugares más visitados por los turistas. Dicen que el sonido de sus fuentes se escucha por todo el parque y que invita a relajarse a la sombra de algún árbol. Después del recorrido por la medina es una buena forma de acabar el día. También podrás tomar algo dentro del parque. Una experiencia inolvidable.
Todos son rincones de un Marruecos menos conocido a los que podrás llegar en avión desde Madrid desde 56 euros.