¿Cómo es por dentro una torre de control de un aeropuerto?

23/08/2022

Puede que todos nosotros alguna vez hayamos reparado en ese edificio, dentro del aeropuerto o próximo a él, que se asemeja a un faro. Y es que, en cierto modo, las torres de control son faros, aunque mucho más sofisticados y con muchas más funciones que este. Pero ¿qué tiene una torre de control por dentro? ¿Hay más de una planta en ella? ¿Por qué es tan alta? ¿Se orientan todas igual? Vamos a despejar unas cuantas dudas.

¿Qué es la torre de control de un aeropuerto?

Aunque es, quizá, lo más evidente de todo, una torre de control es el centro de operaciones desde el que se regulan todas las maniobras de rodaje, despegue, aproximación y aterrizaje de las aeronaves. Se vigila el tráfico aéreo para que la seguridad de las mencionadas maniobras sea máxima, y estas se separan convenientemente por turnos para evitar demoras y cualquier otro incidente. La notable diferencia de altura con respecto al resto de las edificaciones de alrededor es imprescindible para que se pueda divisar, manual o mecánicamente, cualquier movimiento de los aviones. Existen torres de control que tienen expertos las 24 horas del día. Los controladores aéreos emiten las autorizaciones de despegue y aterrizaje, y cuentan con una extensa formación para asumir estas labores, pero están acompañados por una abundante tecnología para que las tareas más comunes, que no requieren participación humana, se hagan con la máxima seguridad. En la torre de control no solo se observan los aviones que llegan y despegan, sino que también está equipada con sistemas de radio para dirigir aquellos.

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¿Hacia dónde se orienta una torre de control?

La prioridad es que una torre de control, con respecto a sus funciones de observación, evite, en las aproximaciones de las aeronaves al aeropuerto, una alineación de estas con la salida o la puesta del sol. Este es uno de los primeros factores que se tienen en cuenta a la hora de diseñarlas.

Por cierto, ¿sabías que no siempre están dentro de los aeropuertos? Aunque es lo habitual, basta con que cuenten con una serie de servicios esenciales (telefonía, electricidad, agua, etcétera). También es normativo, en términos de accesibilidad, que no interfieran con zonas en las que operan los aviones.

¿Cómo es una torre de control por dentro?

Vista desde fuera, parece, como hemos dicho al principio, un faro. Es decir, que toda su altura solo sirve al propósito de subir hasta el fanal (la cápsula acristalada que la remata) para divisar los aviones. Nada más lejos de la realidad. De hecho, la normativa española vigente en lo que a diseño de aeródromos, tránsito aéreo, etc., es muy exigente. Así es una torre de control por dentro de abajo hacia arriba:

Edificio de servicios

Es el área técnica de la torre de control y, normalmente, es un edificio bajo, anexo al fuste de la torre. Lo normal es que allí dentro estén las oficinas técnicas (del jefe de la torre, de operaciones, del supervisor…) y las de mantenimiento (es decir, de personal como ingenieros de explotación, jefe de mantenimiento…). Además, hay un taller y un almacén, así como una secretaría de archivo y documentación. También hay una zona de uso común del personal, con salas de instrucción, reuniones, etcétera. Por supuesto, también está dotada con aseos y aparcamientos.

Fuste

Es la columna que permite elevar la torre de control, y está equipada con ascensores, escaleras y montacargas, para que el personal pueda acceder a ella.

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Entreplanta

Si te fijas en una torre de control, después del fuste y antes de la parte acristalada hay un sector que, normalmente, es el más ancho de la torre, y que puede ocupar una o dos plantas, dependiendo del aeropuerto. Está compuesta por varias salas (para los equipos de comunicaciones, para los equipos de balizamiento, para la climatización y para el radar de superficie, en el caso de que se disponga de él). También cuenta con una sala para que los trabajadores puedan descansar y, por supuesto, con aseos.

Fanal

Es, como hemos comentado antes, la parte acristalada más alta de la torre, y la que más rápidamente identificamos. Desde ella se realizan todas las tareas específicamente de control aéreo. Por supuesto, hay una serie de criterios para su construcción que deben cumplirse:

  • Iluminación. Lo deseable es que existan tres tipos de iluminación dentro del fanal: la de los puestos de trabajo, direccionables, enfocables y regulables en intensidad; la general y otra a nivel del suelo, necesaria para la actividad nocturna y de baja intensidad.
  • Climatización. Ya hemos visto que el sistema de frío y calor de la torre de control está instalado en la entreplanta: esto es así para que los motores no transmitan ruidos ni vibraciones que dificultarían la labor del personal de la torre. Pero es imprescindible, para el óptimo rendimiento del personal, que la temperatura ambiente sea uniforme. También lo debe de ser el grado de humedad del aire. Por esto último, las torres disponen de un sistema secundario de climatización alojado en el propio fanal y que solo se usa en casos de emergencia.
  • Visibilidad. Lo ideal es que las cristaleras estén lo más pegadas posible a las consolas (esto es, todo el mobiliario y la tecnología de que se sirven los controladores para dar su servicio). El ángulo de los cristales debe ser el óptimo para evitar reflejos, y que a la altura de sus ojos el controlador pueda distinguir de un vistazo las aeronaves de otros vehículos.

Estas son solo algunas pinceladas de cómo es una torre de control por dentro: una de las edificaciones más complejas, a pesar de su aparente sencillez, que conocemos.

Imágenes | payamona; ToniFlap; ninjaMonkeyStudio