Los husos horarios: así se calculan las diferencias de hora cuando volamos

05/01/2023

Si has volado a un país que está muy lejos de tu residencia habitual, puede que una de las sensaciones más extrañas que hayas experimentado es la del cambio de hora. Si, por ejemplo, vuelas de Madrid a Nueva York, tu cuerpo habrá hecho un recorrido físico de algo más de ocho horas, pero en el reloj solo habrán pasado poco más de dos. Esos desajustes entre husos horarios son los responsables, por ejemplo, del famoso jet lag. Pero ¿cómo funcionan los husos horarios en el planeta? ¿Es tan sencillo como fijarse en cada meridiano o hay excepciones? ¿Cómo calculamos la hora al volar?

Los husos horarios, la hora internacional y el meridiano 0

En aviación, la hora internacional es un estándar ampliamente adoptado (en realidad es el que se adopta en prácticamente todo, internet incluido). Y es normal: hablar de hora internacional (o UTC, o GMT) es imprescindible para el comercio aéreo. Sobre todo, cuando un vuelo va a atravesar diversas franjas horarias.

El UTC (tiempo universal coordinado) es un estándar de tiempo que, para el caso que nos ocupa, coincide con el GMT (tiempo medio de Greenwich). Resumiéndolo mucho, es el punto de referencia para definir las horas de todo el planeta. El meridiano de Greenwich es también conocido como meridiano 0. Imaginemos la Tierra como un plano (es decir, como se refleja en un mapamundi). Desde el meridiano de Greenwich hacia la derecha, las horas se consignan como UTC+1, UTC+2, etcétera, y en negativo (UTC-1, UTC-2) hacia la izquierda.

El movimiento de rotación de la Tierra

Esto es así porque la Tierra gira sobre sí misma de izquierda a derecha (de oeste a este), lo que quiere decir que a la izquierda de su eje imaginario (al oeste) es más pronto y a la derecha (al este), más tarde. La Tierra tarda aproximadamente 24 horas en completar una vuelta sobre sí misma, es decir, en girar 360º. Por convención, y porque la hora solar exacta sería un caos organizativo, se concluyó que se estableciera un huso horario cada 15º. Esto es resultado de una sencilla operación matemática: si dividimos 360º entre 24 horas, el resultado es de 15, que es el número de grados que la Tierra gira en una hora.

En España, por ejemplo, amanece antes en Tarragona que en Lugo, puesto que la primera está más al este. Pero en ambos puntos es la misma hora porque pertenecen al mismo huso horario. Aunque España es precisamente una de las excepciones a los husos horarios que vamos a contemplar.

Las excepciones a los husos horarios

Ya hemos visto que los países adoptan el o los husos horarios que les corresponden, pero ¿es exactamente así? No siempre. Veamos algunos ejemplos.

Cuando los países tienen distintas horas

Ocurre, por ejemplo, que países como Estados Unidos, que son muy extensos, cuentan con distintos husos horarios a lo largo de su territorio; cuatro, de hecho, si exceptuamos Alaska y Hawái, que son territorios que están fuera. Las franjas horarias (Pacífico, Montaña, Central y Este) no están exactamente alineadas con el meridiano que las atraviesa; los distintos Estados que componen el país han movido su huso horario según su conveniencia para no tener dos horas distintas dentro de un mismo territorio. Esto mismo sucede en muchos otros lugares de otros continentes, que han adaptado las horas que rigen en sus territorios para que coincidan no con los husos horarios, sino con sus límites geográficos. El motivo por el que lo hacen es a menudo de índole comercial.

El caso de España es una excepción: se debe a que adoptó en los años 40 el horario de Berlín y, aunque otros países regresaron al que tenían antes de la II Guerra Mundial, el nuestro no lo hizo, a pesar de que está en el huso horario anterior. Es decir, España debería, por posición, tener el horario UTC, pero por la convención adoptada 80 años atrás está en el horario UTC+1.

El cambio de hora estacional

Hay otra excepción dentro de los husos horarios, y es el famoso cambio de hora que opera en marzo y en octubre cada año. Y, de nuevo, tampoco se hace en todo el mundo. En general, prácticamente toda Europa adelanta o atrasa sus relojes. También casi toda Norteamérica, Chile y Paraguay en Sudamérica y parte de Australia. En Asia y África prácticamente ningún país lo hace. Esto también hay que tenerlo en cuenta a la hora de volar. Por ejemplo, si viajamos de España a Argentina en invierno la diferencia horaria será de 4 horas en horario de invierno y de 5 en horario de verano, puesto que nosotros sí cambiamos la hora y allí ya no se cambia. Dicho de otra manera: España tiene en invierno el horario UTC+1 y en verano, UTC+2.

El piloto, a la hora de planificar un vuelo, tiene todos estos factores en cuenta no solo para informar a los pasajeros a bordo, sino también (y sobre todo) para coordinarse con el aeropuerto en el que despega o aterriza y que cada maniobra esté perfectamente monitorizada. El resto de los trabajadores (coordinadores de vuelo, controladores, etcétera) siguen, cómo no, idénticas pautas para conocer qué hora es en el mundo entero.

 

Imagen | Yelizaveta Tomashevska