La comunicación entre la aeronave y tierra ha caminado en paralelo al nacimiento de la propia aviación. Como es comprensible, desde la torre de control tiene que haber en todo momento contacto con la nave, ya que desde allí no solo se le brinda a la tripulación información puntual y apoyo en sus maniobras, sino que la comunicación tierra-aire debe ser bidireccional y continua. ¿Cuál es la actual manera de hacerlo y cómo se hacía antes? Vamos a hacer un pequeño recorrido por la historia de la comunicación aeronáutica.
Los primeros años
En los comienzos de la aviación nadie sabía qué recorrido iba a tener ese nuevo modelo de transporte por el aire: se pensaba, de hecho, más en su aplicación militar que civil. Por tanto, las torres de control fueron algo que existiría algunos años después del primer vuelo comercial. Si este último se dio en 1914, fue en 1920 y en Croydon, Inglaterra, donde se alzó aquella primera torre. Y, con ella y todas las posteriores, la aviación comercial se impulsó y desarrolló.
Por entonces, en los aeródromos existían los sistemas de radio, pero no tenían aún el propósito de dar servicio a las aeronaves. Aquellos pioneros fueron implementando protocolos que se irían fijando a lo largo de los años. Cuando comenzó a darse esa comunicación aeronave-ATC, se hacía a través del radiotelégrafo.
Pero ¿de qué manera se comunicaban y, sobre todo, qué se comunicaban? Pues, principalmente, cuando se supo de lo imprescindible de esta comunicación, se hizo con el código Morse. Un operador de radio iba a bordo para comunicarse con las estaciones. De hecho, esta forma de contactar terminó siendo primordial durante la II Guerra Mundial, tanto en comunicación aeronáutica como marítima.
Llega el radar
La creación y desarrollo del radar partir de 1935 fue vital para impulsar la aviación. El radar era capaz no solo de rastrear aviones durante el vuelo, sino también de determinar unas cuantas variables que ofrecían información de enorme importancia para el control del tráfico aéreo: velocidad, distancia a la que estaban, dirección en la que volaban, etcétera.
En paralelo, la voz comenzó a ser la protagonista de aquellas comunicaciones. Si bien primero se emitían en HF (high frequency), más tarde se desarrollaron en VHF (very high frequency). La banda aérea asignada a la aviación se encuentra entre los 108 y los 136,975 MHz. Las comunicaciones por voz se usan a partir de los 118 MHz, y el rango anterior (de 1008,7 hasta 117,9) es el que utilizan los radiofaros (es decir, las estaciones que envían señales a la navegación aérea y también marítima).
El sistema ACARS, protagonista de la comunicación aeronáutica desde los 70
Para liberar de carga de trabajo al operador de radio se creó el Aircraft Communication Addressing and Reporting System, abreviado como ACARS. Dicho sistema pudo desarrollarse a partir de 1978 porque los aviones comenzaron a equiparse con ordenadores.
Este sistema se conectaba a los equipos de comunicaciones de a bordo en las bandas VHF y (menos frecuentemente hoy día) HF. Gracias a ACARS aumentó exponencialmente la transmisión de datos. ACARS, un sistema de comunicación y vigilancia por radio, codifica las comunicaciones según la norma ARINC y permite el envío y recepción de mensajes gracias a una red automatizada de estaciones de tierra que los enruta.
Con el sistema ACARS se puede controlar de manera automática el estado de la aeronave mientras está en vuelo, pero también aeronave y torre de control están en todo momento al tanto de las comunicaciones operativas o logísticas. De esta manera, antes de que el avión tome tierra se sabe a la perfección en qué estado lo hace, si hay que intervenir eventualmente una vez ha llegado al aeropuerto (posibles averías, por ejemplo), etcétera. La aeronave también recibe todo tipo de información e instrucciones desde tierra.
En la actualidad: los satélites y el CPDLC
La digitalización de las cabinas y la implementación de la comunicación por satélite han supuesto otro gran salto de calidad en la comunicación aeronáutica. El air data computer ha generado muchísima más información en torno a todas las variables de la aeronave. Los satélites han ido eliminando aquellos espacios en los que la comunicación por radio podía ser defectuosa. Y luego también está el CPDLC.
El CPDLC (Controller-Pilot Data Link Communications) es un sistema de enlace de datos que se está comenzando a implementar. Por una parte, reduce la necesidad de emplear las comunicaciones por voz (con lo que se reducen los posibles, aunque infrecuentes, errores de la comunicación hablada).
Por otra, la información llega directamente al ordenador de a bordo de la cabina. Allí, el piloto encuentra las correspondientes autorizaciones enviadas desde la torre de control, las instrucciones, etcétera. Además, también libera de trabajo al controlador, que puede activar la comunicación con la aeronave con un solo clic. Y también se reduce la ocupación del canal de radio, lo que da más flexibilidad a las comunicaciones. En España, fue Canarias el primer centro de Enaire que lo implementó.
Como podemos ver, la mejora de las comunicaciones entre aviones y tierra ha comportado necesariamente la de la propia seguridad de los vuelos.
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