Un breve paseo por los parabrisas de los aviones

23/01/2024

No, no vamos a pasear por ellos literalmente; simplemente pretendemos conocer mejor una de esas partes del avión que se dan por supuestas; sin embargo, no siempre fue así. Hoy sería imposible concebir un avión sin parabrisas; entre otras muchas cosas porque, dada la altitud de un vuelo comercial, ese cristal (que no es cristal, como comprobaremos luego) separa el confortable interior de la cabina del piloto de unos nada apetecibles cincuenta grados bajo cero.

Así que no, el parabrisas de un avión no es solo una pieza que permite mirar el horizonte: es increíblemente resistente y es mucho, mucho más que un (no) cristal.

¿Qué es y para qué sirve el parabrisas de un avión?

Al igual que el de un vehículo que va por tierra, el parabrisas nos sirve para ver lo que tenemos delante. Esto, que puede parecer una perogrullada, tiene especial importancia en el caso de los aviones, ya que como hemos visto antes un avión no puede volar a diez o doce mil metros de altura sin presurizar el interior (sería sencillamente inviable); y, por supuesto, ese interior necesita una superficie transparente delantera.

Además de los dos motivos ya reseñados (visibilidad y temperatura), el parabrisas cuenta con muchas otras funcionalidades. Podríamos pensar en el parabrisas de un automóvil, que protege de potenciales agresiones externas, como un impacto o la caída accidental de objetos de otro vehículo. Añadámosle, en el caso de los aviones, el choque de un ave y la resistencia química a ciertos elementos, la lluvia y la descarga eléctrica si la aeronave atraviesa una tormenta.

Por cierto: cuando un ave impacta contra el parabrisas de un avión, suele ser a muy baja altura (en maniobras de aterrizaje o despegue), es muy infrecuente y no, no entraña riesgo (para el avión).

Aunque los primeros aviones no tenían cristal (hablamos de aquellos pioneros de la aviación que volaban muy bajo), hoy la ingeniería aeronáutica se ha sofisticado para responder a las necesidades de tripulación y pasajeros: sí, como cabía imaginar, las ventanillas también son ultrarresistentes. Esto nos lleva al siguiente punto: ¿de qué material se fabrican los parabrisas de los aviones?

Los materiales que componen los parabrisas de los aviones

Lo primero que debemos saber, y que podemos imaginar, es que el parabrisas de un avión no tiene una capa, sino varias. Lo más frecuente es que se combinen capas de vidrio reforzado, plástico acrílico o policarbonato, y que se unan entre sí mediante otras intermedias de un material adhesivo polimérico.

La estructura en láminas proporciona, por una parte, una resistencia que desafía todos los impactos y agresiones externas posibles, pero también aporta ligereza a la estructura, algo realmente valioso en un vehículo que tiene que subir unos miles de metros. Como también podemos suponer, los parabrisas, al igual que el resto del fuselaje, se someten a pruebas de altísima exigencia antes de ser instalados en ninguna aeronave.

¿Tiene el mismo espesor el parabrisas de un avión de corto radio que de larga distancia?

La respuesta corta es sí: el espesor de un parabrisas instalado en un avión de corto recorrido no varía con respecto a uno que vaya montado en un avión de larga distancia. Después, el fabricante quizá varíe unas milésimas el grosor con respecto a otro, pero son diferencias insignificantes.

El espesor del parabrisas de un avión está entre los dos y medio y los tres centímetros. Si miramos cuánto es eso en una regla, comprobaremos que son realmente gruesos. Pero es aún más interesante compararlos con los de un coche, una referencia que nos es mucho más familiar: el parabrisas de un coche mide poco más de medio centímetro. Así que tenemos una diferencia de grosor de entre cinco y seis veces entre coche y aeronave.

Por cierto, si alguien se pregunta cómo se quitan los arañazos en los parabrisas, estos se eliminan a través del pulido en los trabajos de mantenimiento rutinarios tras cada vuelo.

La forma (también) importa

El diseño aeronáutico evoluciona constantemente: sabemos que los ingenieros trabajan siempre en mejorar los perfiles aerodinámicos de las aeronaves. Hoy por hoy, se ha llegado a un nivel de evolución tecnológica que ya solo deja lugar a sutiles cambios dentro de la aviación comercial.

Los aviones, en este momento podemos ver montados, principalmente, dos tipos de parabrisas en los aviones comerciales: curvos y paneles planos formando una curva. Si nos fijamos, por ejemplo, en un Airbus A350 o A320Neo, podemos ver cómo el metal en el parabrisas central es ligeramente curvo para que sustente perfectamente las seis capas del material con que está fabricado. Esta forma, aerodinámicamente muy solvente, permite una óptima visibilidad a los pilotos.