Motivos por los que España puede liderar la producción de SAF

14/02/2024

El SAF (combustible sostenible de aviación) es la energía que ya está presente en los aviones y que permitirá la descarbonización total de la industria. Aunque la Unión Europea, a través de la EASA (la Agencia de la UE para la Seguridad Aérea) ya se ha comprometido a unos plazos (que el Grupo IAG superará, como comentamos anteriormente) que garantizarán la sostenibilidad del transporte aéreo, existe otro factor de vital importancia en esta ecuación: la posibilidad de que España se convierta en líder de producción y exportación de SAF. Y hay distintos motivos por lo que esto es más que posible, ya que actualmente se está produciendo solo el 1% de la demanda mundial.

España, líder potencial en producción de SAF por su impulso a las renovables

España es una potencia mundial en energías renovables. Por una parte, dispone del mayor recurso solar de Europa, y uno de los más importantes en eólica. Por otra parte, fabrica la mayoría de los componentes necesarios y está a la cabeza en I+D dentro del sector.

Poder almacenar energías limpias es uno de los factores indispensables para su rentabilidad. Está previsto que se apruebe el marco regulatorio de almacenamiento de energías renovables a lo largo de 2024 o, a más tardar, a principios de 2025, dentro del plan de impulso a las renovables aprobado en diciembre de 2021.

¿Qué supone todo esto en el contexto del SAF? Entre otras muchas cosas, la proyección de que empresas almacenadoras de energía aprovechen esta ventana de oportunidad. Esto, evidentemente, incluye al combustible sostenible para la aviación. El informe elaborado por PwC para Iberia y Vueling habla de entre 30 y 40 plantas de SAF para cubrir la demanda nacional. Todo el SAF que se produce en la actualidad se consume, lo que quiere decir que el excedente sería un nuevo activo para la exportación.

Es rica en recursos agrícolas

La inmensa cantidad de recursos agrícolas, forestales y ganaderos de los que dispone nuestro país también la ponen a la cabeza para elaborar SAF biológico. Hay distintas formas de producir SAF y distintas fuentes a partir de las cuales se puede crear. En el caso del SAF biológico, uno de los procedimientos, el termoquímico, se desarrolla a partir de maderas y residuos procedentes de la agricultura (la biomasa se gasifica y se transforma en queroseno).

Pero hay más: la España agrícola cuenta con espacio para habilitar plantas productoras de SAF; por sentido común y sostenibilidad, dichas plantas han de estar donde está la materia prima. Esto no solo es una oportunidad para el país, sino también para atraer población hacia la llamada España vaciada o despoblada.

Es un ‘hub’ de producción de hidrógeno verde

España tiene, como se ha comentado en el punto anterior, recursos sobrados para producir SAF biológico, pero es que además tiene todas las papeletas para liderar la producción de SAF sintético a partir del hidrógeno verde.

Antes contemplábamos el impulso a las energías renovables como oportunidad para impulsar la producción de SAF; en concreto, hemos visto sus opciones para liderar la producción de energía procedente del sol o del viento.

Sin embargo, la descarbonización en las grandes corporaciones no es viable solo con energía solar o fotovoltaica. Aquí entra en juego el hidrógeno verde, en el que nuestro país actúa como punta de lanza: el corredor H2Med prevé suministrar este tipo de hidrógeno renovable a todo el continente y lo hará con base en España.

Por otra parte, y más en el corto plazo, la previsión del Gobierno es la de alcanzar un 10% de la producción total europea en 2030. De hecho, nuestro país liderará tanto la producción de hidrógeno verde como la creación de puestos de trabajo vinculados a esta (más de 181.000, lo que supone el 11% de todos los empleos en Europa vinculados a este tipo de energía).

Oportunidades y cifras

Con este escenario tan favorable, queda claro que España puede convertirse, en un futuro no muy lejano, en líder de producción de SAF. Con la creación de esta horquilla de treinta-cuarenta plantas, los datos son muy positivos:

  • Empleo: entre puestos directos e indirectos, y entre la fase de construcción y la posterior puesta en marcha, el informe calcula unos 270.000 nuevos puestos de trabajo, hasta 2050.
  • PIB: 56.000 millones de euros más en aproximadamente 25 años en el producto interior bruto español (es decir, más o menos el 4% del PIB actual).
  • En 2022 la producción de SAF fue casi del triple con respecto a la de 2021. Teniendo en cuenta que se prevé que el 5% del combustible total, en el peor de los escenarios, sea SAF, la proyección de consumo y producción es mucho más que optimista. Esto, sin contar con que en 2050 el objetivo europeo es de un 70% de fuel sostenible (del 100% para el grupo en el que se integra Iberia).
  • Las grandes compañías energéticas ya han puesto en marcha una gran cartera de proyectos con planes por valor de 30.000 millones de euros para dar viabilidad al hidrógeno verde (como sabemos, una de las fuentes creadoras de SAF), y superan con mucho los objetivos oficiales de cara a 2030.