La incorporación de las mujeres a la aviación civil es hoy una realidad. Poco a poco se van sumando al número total de pilotos y, aunque queda un largo camino por recorrer, empieza a ser habitual ver a una mujer pilotar un avión comercial. Pero para llegar a este punto, antes hubo pioneras. Y, en el caso de nuestro país, esa pionera lleva el nombre de Bettina Kadner. Esta es su biografía.
Bettina Kadner, la primera mujer en pilotar un avión de pasajeros en España
Su nombre es alemán, pero nació en España. Su abuelo, arquitecto de profesión, fue piloto durante la Primera Guerra Mundial. Sus padres dejaron Alemania y se instalaron en Madrid, donde nació Bettina en el año 1946.
La madre de Bettina, Ute Kadner, tenía una empresa de señalización de carreteras y aeropuertos, y se encargó de importar una máquina para señalizar las pistas de aterrizaje en los aeropuertos. Bettina comenzó a acompañar a su madre a los aeródromos cuando tenía 12 años, y a ver cómo se realizaban los trabajos. Fue entonces, siendo todavía una niña, cuando se enamoró de los aviones y tomó la decisión de convertirse en piloto.
Poco después, al cumplir los 18 y terminar el bachiller, comenzó a prepararse para cumplir su sueño. Estudió en escuelas de aviación españolas; concretamente, la de Cuatro Vientos, en Madrid, y la de Alcantarilla, en Murcia. Cuando tenía 22, y después de examinarse en la Escuela Nacional de Aeronáutica de Salamanca, obtuvo el título de piloto comercial de primera clase. Y no solo eso: Bettina logró que se modificara el reglamento que impedía, allá por los años sesenta, que las mujeres pilotaran aviones comerciales.
La dificultad de hacer carrera en la aviación siendo mujer
Como ella misma ha referido en alguna ocasión, sus primeros años como copiloto y piloto no fueron fáciles. Los setenta fueron una época en la que las mujeres eran un pequeño porcentaje de la población activa, y no digamos ya en profesiones como la suya. Durante algunos cursos que realizó en Estados Unidos, se sentía «normal y menos observada» cuando sus colegas también eran mujeres. Y es que en aquel país, la realidad era otra muy distinta.
Su andadura comenzó en 1969, en Spantax, donde comenzó como copiloto de los aviones turbohélice Fokker 27 y también de los DC-6, DC-7 y DC-9. Tres años después, en 1972, se convertía en la primera comandante de vuelo en España y la segunda en Europa. Durante más de una década fue la única mujer a los mandos de una aeronave en nuestro país.
Pasaron los años y, en 1987, se incorporó a Iberia. Allí voló, primero, como copiloto, y años después como comandante. Tripuló aviones Airbus A319, A320 y A321. La mayoría de sus vuelos fueron por el continente europeo. Ha estado en activo dentro de Iberia hasta su jubilación. Su último vuelo tuvo lugar en noviembre de 2009.
Su vocación como instructora
Sí, a Bettina le apasionaba volar. Pero también tenía una vocación innata para la enseñanza. De hecho, en paralelo a su carrera como piloto fue instructora en la Escuela de Pilotos de nuevo ingreso de Iberia. En el año 1995 impulsó, desde su cargo de vocal en la Asociación Española de Pilotos, la creación del Colegio de Pilotos de Aviación Comercial (COPAC), así como del Centro de Estudios Superiores de Aviación (CESDA). Bettina fue un enorme impulso para la profesionalización del sector.
La huella que deja Bettina en otras mujeres
Ser la primera mujer que pilota un avión de pasajeros no es un hecho anecdótico: es, sobre todo, una manera de abrir camino, de mostrar a las mujeres que otra realidad es posible. «Es necesario aumentar la presencia de la mujer en la profesión de piloto, que los niños y niñas vean con naturalidad la presencia de mujeres en puestos culturalmente asociados a la figura masculina», declaró, tal como recoge la web del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible. A Bettina la sucedieron otras mujeres piloto, como María Aburto, primera piloto de Iberia en realizar el puente aéreo Madrid-Barcelona, y Rosa García Santolaya, que inició su carrera como comandante en 1988.
Bettina continúa vinculada a la promoción de la aviación civil pero, sobre todo, al fomento de la igualdad dentro del sector, que se expresa a través del grupo Aviadoras, en el SEPLA. Hoy, el número de mujeres piloto en España es del 6%, por lo que esta plataforma es especialmente relevante para romper ese techo de cristal. Bettina, que fue investida doctora honoris causa por la Universitat Rovira i Virgili, es sin duda el espejo en el que mirarse para todas las mujeres que están por llegar.
El avión de Iberia que lleva su nombre
Recientemente, Iberia, el lugar en el que Bettina hizo la mayor parte de su carrera profesional, le ha querido rendir homenaje poniéndole su nombre a un avión: en concreto, a un Airbus A320neo. El acto tuvo lugar en La Muñoza, y con él la compañía le da a esta gran mujer la dimensión que se merece.