Tras varios posts respecto a cómo superar el miedo a volar, descubriendo diferentes técnicas y palancas en las que poder apoyarse, ha llegado el momento de repasar. Nuestro objetivo: que lleguéis a viajar disfrutando -y no sufriendo-. Pues bien, comencemos.
Empezaremos siguiendo un Programa de Exposición para la Fobia a Viajar en Avión. Esperamos que lo sigáis y vayáis comentando vuestra experiencia personal.
Muchos de vosotros tendréis un diagnóstico de Fobia, pero otros muchos simplemente sintáis un gran temor y angustia a la hora de viajar en avión. La fobia es algo más que evitar una situación que se teme. La percepción de un suceso temido provoca una cadena de procesos fisiológicos y conductuales.
En este caso hablamos de una fobia Específica y sus criterios de diagnóstico según el DSM IV (Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) serían los siguientes:
A. Temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos (por ejemplo: volar, precipicios, animales, administración de inyecciones, visión de sangre).
B. La exposición al estímulo fóbico provoca casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad, que puede tomar la forma de una crisis de angustia situacional (o más menos relacionada con una situación determinada). En los niños la ansiedad puede traducirse en lloros, berrinches, inhibición o abrazos.
C. La persona reconoce que este miedo es excesivo o irracional. En los niños este reconocimiento puede faltar.
D. La(s) situación(es) fóbica(s) se evitan o se soportan a costa de una intensa ansiedad o malestar.
E. Los comportamientos de evitación, la anticipación ansiosa, o el malestar provocados por la(s) situación(es) temida(s) interfieren acusadamente con la rutina normal de la persona, con las relaciones laborales (o académicas) o sociales, o bien provocan un malestar clínicamente significativo.
F. En los menores de 18 años, la duración de estos síntomas debe haber sido de 6 meses como mínimo.
G. La ansiedad, las crisis de angustia o los comportamientos de evitación fóbica asociados a objetos o situaciones específicos no pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental, por ejemplo, un trastorno obsesivo-compulsivo (por ejemplo, miedo a la suciedad en un individuo con ideas obsesivas de contaminación), trastorno por estrés postraumático (por ejemplo, evitación de estímulos relacionados con un acontecimiento altamente estresante), trastorno de ansiedad por separación (por ejemplo, evitación de ir a la escuela), fobia social (por ejemplo, evitación de situaciones sociales por miedo a que resulten embarazosas), trastorno de angustia con agorafobia, o agorafobia sin historia de trastorno de angustia.
Seguramente much@s hayáis tenido alguno de estos síntomas a la hora de volar. Si es así, seguid leyendo…
Foto | lxmith
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