Uno llega y al segundo ya está abrumado. Los Ángeles, la ciudad más poblada de California, la urbe de las distancias enormes, apabulla con sus neones, sus rascacielos entre autopistas y su energía. Con permiso de Nueva York, aquí se cuece mucho de lo que dará que hablar en el resto del mundo. Aquí está lo más de lo más, lo último de lo último.
El downtown es un museo del siglo XXI al aire libre. Las enormes avenidas y su arquitectura, como la ya mítica Library Tower, nos harán sentir en un escenario futurista. Y en cinco minutos, nos hará retroceder. En la ciudad de la magia de Hollywood todo es posible. Olvera Street, en Chinatown, es la zona de Los Ángeles que fundaron los españoles en 1781. Vale la pena recorrer sus plazas, jardines, iglesias, casas nobles y demás hitos históricos. Puede que nos dé la impresión de encontrarnos en México. Y de nuevo, a dos pasos, el contraste del Walt Disney Concert Hall de Frank Gehry (demasiado parecido al Guggenheim de Bilbao), la Ópera y el MOCA (museo de arte contemporáneo con obras de Rothko, Pollok, Warhol o De Kooning). Sí, tal y como está leyendo. Aquí no solo se vive del sol y el cine.
Los Ángeles, aunque no todos lo sepan, es una gran potencia en arte. Habrá que visitar sí o sí los siguientes museos: Norton Simon (en Pasadena, una bonita e histórica zona que alberga esta institución con obras de Botticelli, Rafael, Rembrandt o Van Gogh), Casa Huntington (con una colección de arte francés y británico de los siglos XVII y XVIII), Hammer (con exposiciones de artistas de vanguardia) y J. Paul Getty (que exhibe unos impresionantes fondos fotográficos además de pintura, escultura y artes decorativas). Es recomendable no hacer todas las visitas el mismo día, así que entre una y otra, vayámonos a tomar el sol. Santa Mónica, donde se rodó Los vigilantes de la playa, es el arenal más famoso, con sus tiendas, sus restaurantes y su pier o encantador parque de atracciones. En Venice Beach solo hay cuerpazos: nos encontraremos a las típicas californianas en bikini y patines por las aceras y a tipos hinchados en la sala de musculación al aire libre de Ocean Front Walk. Una buena idea es dar un paseo en bici y luego un baño.
Los famosos están en Beverly Hills, un canto al lujo extremo. Démonos una vuelta por Rodeo Drive, admiremos las mansiones y peregrinemos a la casa de Michael Jackson. La zona de Bel Air tampoco se queda corta en derroche. Igual nos topamos con algún actor en Hollywood (a más de uno le decepcionará su falta de glamour) mientras vemos el Paseo de la Fama o el Teatro Kodak y vemos a lo lejos el famoso cartel de letras blancas. Universal Studios es un parque temático con atracciones, espectáculos y estudios reales donde se han grabado o se graban películas y series. No hay que perderse un partido de Los Ángeles Lakers en el espectacular Staples Center. Vibrará aunque no le guste el baloncesto. Y después de tantas emociones, el atardecer hay que verlo en el grandioso Parque Griffith, con unas extraordinarias vistas de la ciudad. Ahí ya se habrá entregado sin condiciones a este rincón magnético de California.
Datos de interés:
- Los Ángeles tiene casi 4 millones de habitantes y más de 17 con su área metropolitana.
- El clima es templado y seco, con temperaturas por encima de los 30 grados en verano y rara vez por debajo de los 10 en invierno.
- Debido a la extensión de la ciudad, lo más recomendable es alquilar un coche para ir de una zona a otra.
- La moneda es el dólar americano.
- Como siempre cuando se viaja a Estados Unidos, previamente hay que rellenar un cuestionario vía online para acceder sin problemas como turista al país: https://esta.cbp.dhs.gov.
- Las propinas son voluntarias, pero es costumbre dejar entre un 15 y un 20% de la consumición.
- Iberia ofrece 3 vuelos directos a Los Ángeles cada semana. Para conseguir los vuelos más baratos, entre en www.iberia.com, y marque la opción “soy flexible en fechas”. Además, vía Chicago o Nueva York, volamos todos los días con varias posibilidades de conexión.
Foto | Wilson Loo} else {