¿Sabías que la mayoría de cintas inspiradas en Cuba realmente han sido filmadas en la ciudad de Santo Domingo? Y todo a causa de su parecido con La Habana. Que si guau, que si caray… cualquier admiración y exclamación se queda corta ante la sorprendente lista de películas famosas rodadas en República Dominicana.
El Padrino II es una de ellas. Corría el año 1974 cuando la segunda parte de la trilogía tomó como escenario la zona colonial de Santo Domingo para replicar La Habana, Cuba. Sobre aquella, cuya suma de 16 pintorescas calles conforma el núcleo del Santo Domingo más esencial, ya te hablamos largo y tendido en su día.
Cuando te encuentres paseando a pie por los rincones cargados de historia de la zona colonial, no dejes de detenerte en el número 65 de la Avenida Sarasota, frente al imponente hotel El Embajador. Mira al cielo. En su azotea se rodó una famosa escena de El Padrino II; en ella aparecía el gran Al Pacino y, de fondo, sin que este lograra hacerle sombra, el conjunto del Centro de los Héroes y el omnipresente mar Caribe.
El elenco de la película estuvo instalado en el “hotel de los artistas y de los famosos” -mal gusto no tenían, no-, y cuenta la leyenda que el mismísimo actor Steve McQueen, antes de dar el salto a Hollywood, estuvo trabajando en las obras de carpintería del establecimiento. Ahí es nada.
También bajo la dirección de Ford Coppola, varias zonas de República Dominicana sirvieron de escenario en 1979 para completar la triunfante película Apocalypse Now: nos referimos específicamente al río Chavón, en La Romana. Años después, en 1985, esta ciudad dominicana atrajo también al director George P. Cosmatos, a quien La Romana le pareció el paisaje ideal para el rodaje de algunas de las escenas de la taquillera Rambo II. Eso nos lleva a pensar, ¿ay, qué será, qué será lo que tiene La Romana?
La Romana, definida por extensos cañaverales y playas y por la práctica de buceo, es uno de los destinos más visitados del país. La excursión más deseada (y con motivo) es la de Los Altos de Chavón e Isla Saona. Los Altos de Chavón, en La Romana, es una villa llena de artistas e inspiración que incluye galerías, así como un impresionante anfiteatro. El conjunto de su paisaje es de postal.
Por otro lado, Bayahibe es la puerta de entrada a la Isla Saona, ubicada en el Parque Nacional del Este, la atracción natural más visitada del país.
Ford Coppola tampoco tenía mal gusto…
Steven Spielberg y la República Dominicana
1993. El mago de la pantalla grande, Don Steven Spielberg, desembarca en República Dominicana para rodar la exitosa película Jurassic Park. La cinta incluye escenas en dos de los destinos más interesantes del país: Puerto Plata y Samaná.
El Museo del Ámbar, una de las principales atracciones de Puerto Plata, conserva el fósil que contiene un mosquito y que se muestra en la película Parque Jurásico. Más allá de la anécdota cinéfila, es de justicia decir que las exposiciones del Museo del Ámbar son fascinantes. Y si tras la visita aprieta el hambre, muy cerca se encuentran dos restaurantes informales y acogedores en los que zanjarla: La Cocina de Gladys, con sus ricas especialidades criollas, y El Bergantín, que con su ubicación ideal -en pleno centro del pueblo- y su entorno (bellas casas victorianas), es una opción de lo más acertada.
Samaná es la zona más virgen de la República Dominicana, una auténtica joya del Caribe. Visita obligada, el lugar invita a ser explorado durante días y días y días. A lomos de un caballo se puede ir por la selva hasta el Salto del Limón, una cascada de 40 metros que seguro recordarás porque es la misma desde la que el Tyrannosaurus Rex de Parque Jurásico sacaba la cabeza en la película. Como desemboca en una atractiva piscina natural, lo suyo es celebrarlo pegándose un refrescante baño.
En conclusión, República Dominicana está de moda como destino de cine. Aunque mucho tienen que ver las instalaciones de “Pinewood Dominican Republic Studios”, con su tanque de agua de 60,500 pies cuadrados, creemos que la auténtica protagonista de esta historia de cine es la propia isla, que con sus polivalentes exteriores parece tenerlo todo.
¿Qué te parece nuestro enfoque cinéfilo para volar con Iberia a República Dominicana? Venga, ¡démosle un toque caribeño a nuestro viaje! Aguas cristalinas, arena suave como el talco, peces tropicales a nuestro alrededor en fondos que parecen piscinas, frondosidad por doquier… Todo muy de cine, ¿no?
Foto: Joe deSousa