Siguiendo con el tema del estrés. Sabemos que lo sufrimos, sabemos qué situaciones lo provocan, pero nos hemos preguntado ¿cómo lo afrontamos? Cómo reaccionamos, qué hacemos al respecto, ¿qué hacemos ante una situación de miedo como es la de volar? Actuamos, huimos, nos enfretamos…
Según Folkman y Lázarus (1988) existen diferentes Dimensiones de Afrontamiento. Veamos algunas de ellas e intentemos identificar cuál o cuáles utilizamos nosotros.
- Confrontación: acciones directas dirigidas hacia la situación; por ejemplo, expresar ira hacia la persona causante del problema, tratar de que la persona responsable cambie de idea, etc.
- Distanciamiento: tratar de olvidarse del problema, negarse a tomarlo en serio, comportarse como si nada hubiera ocurrido.
- Autocontrol: guardar los problemas para uno mismo, procurar no precipitarse.
- Búsqueda de apoyo social: pedir consejo o ayuda a un amigo, hablar con alguien que puede hacer algo concreto, contar a un familiar el problema.
- Aceptación de la Responsabilidad: disculparse, criticarse así mismo, reconocerse causante del problema.
- Escape–Evitación: esperar a que ocurra un milagro, evitar el contacto con la gente, tomar alcohol drogas.
- Planificación de solución de problemas: establecer un plan de acción y seguirlo, cambiar algo para que las cosas mejoren, etc.
- Reevaluación positiva: la experiencia enseña, hay gente buena, cambié y maduré como persona.
Ahora pensemos qué hacemos realmente ante una situación de estrés. Para ello debemos diferenciar entre un acontecimiento aislado (un vuelo) o una situación de estrés mantenida como pude ser el miedo a volar. Seguramente nos cueste menos reaccionar ante un acontecimiento puntual ya que tiene marcado su comienzo y su fin. Sin embargo ante un estrés mantenido es cuando deberíamos plantearnos si lo estamos haciendo correctamente y tomar las medidas adecuadas para mejorar su manejo. ¡Ánimo!
Foto | uncafelitoalasonce
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