Evitar la ansiedad en vuelo: cómo nos ayuda la estrategia de los cinco sentidos

15/08/2022

Uno de los temores que se nos pueden presentar al subir a un avión es la posibilidad de experimentar un ataque de ansiedad durante el vuelo. 

Ese malestar que puede ocasionar el hecho de no poder salir del avión, impide a algunas personas disfrutar de su vuelo e, incluso, puede ser motivo para no realizar un viaje. 

Pero… ¿qué es realmente un ataque de ansiedad?

En consulta, es lo primero que intentamos dejar claro a nuestros pacientes para que, de ahí, podamos avanzar en encontrar esa sensación de seguridad tan anhelada.

Un ataque de ansiedad es una activación súbita de nuestro sistema nervioso como respuesta a un peligro, sea este real (una guerra) o no (coger un avión). Los niveles de ansiedad pueden llegar a ser tan altos que, una vez que el ataque ha alcanzado cierto nivel, ya es imparable hasta que llega a su pico máximo. De ahí que, cuando el cuerpo vuelve a relajarse, tengamos sensación de agotamiento.

Cuando esos síntomas, que son desagradables pero no peligrosos, además son interpretados como una señal de que en el cuerpo algo no funciona bien y de que nuestra vida puede estar en peligro, se denominan ataques de pánico.

¿Y cuáles son los síntomas de un ataque de ansiedad / pánico? Miedo a perder el control, taquicardia y palpitaciones, sudor, temblores, falta de aliento y opresión en la garganta, escalofríos. 

Si sentir todo esto en tierra ya genera un intenso miedo, esta pérdida de control asociada a volar por las personas que temen coger aviones puede incrementarse. Por eso resulta tan importante tener unas nociones mínimas que nos permitan reconocer estos síntomas, y reconducir la situación si los sufrimos en pleno vuelo.

Hablemos de los disparadores

Lo que suele generar un ataque de ansiedad en pleno vuelo son detalles que pueden dar la sensación de que algo puede no ir bien. Por ejemplo, que se enciendan las señales de cinturones cuando no lo esperábamos, que el piloto anuncie por megafonía posibles turbulencias, o algo tan sutil como un cambio en el comportamiento de los tripulantes de vuelo.

Cuando nuestra mente percibe que no estamos a salvo, la hipervigilancia aumenta como medio para sentirnos más seguros. Esto hace que, paradójicamente, seamos más sensibles a sentirnos potencialmente amenazados.

¿Y cómo evitar esta situación? Con la estrategia de los cinco sentidos

La estrategia de los cinco sentidos es una dinámica muy sencilla, que funciona bajo la premisa del cambio de atención; es decir, trataremos dirigir conscientemente la atención hacia otro lugar con un ejercicio que nos mantenga el suficiente tiempo fuera del bucle, para impedir que la ansiedad se acreciente.

Para poner en práctica la estrategia de los cinco sentidos, se debe: 

  • Buscar cinco cosas que puedas ver de un mismo color. Ej; cinco cosas azules dentro del avión.
  • Luego, cuatro cosas que puedas escuchar (siempre que sea posible, que se trate de sonidos agradables). Ej: El sonido del aire acondicionado saliendo, los zapatos de una azafata por el pasillo, la voz de un pasajero…
  • Tres cosas que puedas tocar y observar cómo se sienten al tacto. Ej: la rugosidad de la piel de un bolso, la tela del asiento, etc
  • Dos cosas que puedas oler. Ej: Tu perfume, el olor a comida
  • Una cosa que puedas saborear. Ej: el sabor del colutorio que usaste antes de embarcar que aún puedes notar si te concentras en él.

Es muy importante que cuando se aplique esta técnica, se haga siendo muy consciente de cada uno de los sentidos. Y, por supuesto, que se realice lentamente, sin prisa. Después se debería respirar de manera pausada y beber agua.

Muy importante: esto es una estrategia para ayudarnos a la regulación emocional en un momento de crisis, pero en ningún momento sustituye a la terapia. Una buena terapia es lo único que puede solucionar el problema desde el origen. ¡Feliz vuelo!

David Lanzas
Psicólogo sanitario especializado en ansiedad y trauma
Fundador de Instituto Lanzas | @Psicolanzas

Imagen | globalmoments

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