México: entre el color y la muerte

09/02/2023

Cada sociedad afronta la muerte de una forma diferente, pero la que tienen los mexicanos es muy particular. ¿Qué te parecería celebrar el regreso de alguno de tus seres queridos al mundo de los vivos? Sí, has leído bien. En México, una de las fiestas más populares es el Día de los Muertos, un ritual en el que las almas de sus seres queridos regresan por una noche al mundo de los vivos.

Es una festividad que deriva de las tradiciones católicas europeas, lo que hoy en día conocemos como Día de Todos los Santos, y de rituales aztecas que consistían en honrar a los difuntos. La creencia que sostiene es que estos despiertan de su sueño eterno y por medio de una serie de ofrendas, se reúnen con sus familias y amigos. Es una manera de acercarse a la muerte desde el amor, el respeto y la alegría, reconociendo este hecho como una parte clave de la experiencia humana.

Aunque se llama Día de los Muertos, en realidad transcurre a partir de la noche del 31 de octubre hasta el 2 de noviembre, y contiene todos los ingredientes de una fiesta: luz, color y música (mariachis). Se celebra en todo el país, pero donde se vive con más intensidad es en el centro de México, ya que comienzan con los preparativos a lo largo del mes de octubre. 

Sin embargo, da igual la época del año en la que viajes a este lugar, las referencias a la muerte puedes encontrarlas cualquier día del año, y en cualquiera de sus rincones. Es una creencia que está muy presente en la cultura mexicana y, por tanto, en la vida cotidiana de la gente. Son varios los símbolos que podemos encontrar presentes, dando un sentido artístico a lo desconocido.

No queda nada para dar comienzo al Carnaval, y México es uno de los países donde más lo disfrutan. Uno de los iconos más representativos del Día de la Muerte que te puedes encontrar en esta fecha es:

 

La calavera “Catrina”

Es el más reconocido, creado por el artista mexicano José Guadalupe Posada, el cual hizo de la muerte uno de sus temas recurrentes y la representó como un esqueleto vestido de manera elegante. Así nació la figura emblemática de este día, La Catrina.

Entre las mujeres es uno de los disfraces más vestidos, compuesto por dos prendas esenciales: un corsé o camisola y una falda adornada con numerosos bordados y adornos sobre capas. Y en las que no pueden faltar los colores más característicos: el rojo, el negro y el blanco.

Otros elementos simbólicos son:

El altar tradicional

Es el componente más importante, ya que es comprendido como una forma de honrar a los que se han ido y de que estos se sientan cómodos al visitarlos. Las familias los crean dentro de sus casas, en las tumbas de los cementerios y en lugares públicos. Los decoran cuidadosamente con detalles muy coloridos y suelen  incluir en ellos sus comidas favoritas, calaveras, flores, incienso, artículos personales, fotografías, etc., para darles una buena bienvenida.

La flor de Cempasúchil

Una vez al año, gracias a esta flor, México se tiñe de amarillo anaranjado. Desprende un olor muy particular, que hace que todo el mundo sepa que se acerca este esperado momento. Según cuenta la tradición, es lo que atrae a los difuntos.

 

Dulces con motivos fúnebres

El pan de muerto es uno de los dulces más populares de este día. Se trata de un pan horneado con figuras de huesos y azúcar espolvoreada por encima. También podemos encontrar las calaveritas de azúcar, que son pequeños cráneos huecos, rellenos de miel y decorados con “betún” (azúcar glas) de colores.

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Imágenes | FG Trade Latin ; Simone Hogan ; hayaship