Hoy haremos un análisis centrado en las condiciones climáticas y los cambios estacionales para explorar cómo influyen en las personas que tienen miedo a volar. Además, proporcionaremos estrategias psicológicas para mejorar la tranquilidad interna durante los vuelos.
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Condiciones climáticas y ansiedad al Volar
Las condiciones climáticas desempeñan un papel crucial en la ansiedad asociada con el vuelo. La presencia de tormentas, turbulencias y vientos fuertes puede percibirse como una amenaza para quienes ya experimentan miedo a volar. A pesar de que los aviones están perfectamente diseñados para que esto no suponga un problema y la experiencia de vuelo sea completamente segura, la realidad es que la incertidumbre y la falta de control sobre estos elementos contribuyen a un aumento de la ansiedad.
La anticipación de mal tiempo antes de un vuelo desencadena reacciones desagradables en las personas que temen viajar en avión.
Por lo tanto suele ser útil tener en cuenta las siguientes recomendaciones, si este es tu caso.
- Información previa al vuelo: Obtener información sobre las condiciones climáticas y el pronóstico del tiempo puede ayudar a anticipar posibles desafíos, reduciendo la incertidumbre.
- Entrenamiento en técnicas de relajación: Aprender y practicar técnicas de relajación como la respiración profunda puede ser beneficioso para reducir la ansiedad durante situaciones desafiantes, como turbulencias.
- Disminuir el miedo a volar empezando por estaciones asociadas al buen clima: Si volar es algo que se te resiste , algo que puede resultar de gran ayuda es empezar a hacerlo en estaciones como la primavera o el verano, en las que las condiciones climáticas son más favorables.
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Cambios estacionales y su impacto en el estado de ánimo
Los cambios estacionales, especialmente en la exposición a la luz solar, pueden influir en el miedo a volar. La psicología respalda la idea de que la luz solar afecta la producción de neurotransmisores asociados con el bienestar emocional, como la serotonina.
Es decir, la combinación de preocupaciones habituales relacionadas con el vuelo y la disminución en la exposición a la luz solar puede contribuir a una experiencia más intensa de la aerofobia.
¿Qué podemos hacer para mitigar el impacto estacional?
- Terapia de luz: Considerar la terapia de luz, recibir sesiones de radiación lumínica, especialmente durante los meses con menos luz solar, puede ayudar a estabilizar el estado de ánimo y reducir la sensibilidad al miedo a volar.
- Planificación de vuelos diurnos: Optar por vuelos durante el día puede maximizar la exposición a la luz natural, contribuyendo a un estado de ánimo más positivo.
En definitiva, conocer cómo impactan los cambios estacionales en las personas que temen volar nos ayuda a poder regular este miedo de una manera mucho más exitosa. Afortunadamente, volar es una experiencia segura en todas y cada una de las estaciones.
¡Feliz vuelo!
David Lanzas
Psicólogo sanitario especializado en ansiedad y trauma
Fundador de Instituto Lanzas | @Psicolanzas