Alimentación a bordo: el estricto protocolo de seguridad alimentaria

30/09/2024

Cuando volamos, especialmente en vuelos de largo radio, es bastante probable que nos dejemos seducir por uno de los menús a bordo. Pero detrás de ese plato que te sirven, detrás de la comida en los aviones, hay protocolos y normativas estrictos que hacen que la seguridad alimentaria sea prácticamente absoluta. En este artículo vamos a profundizar en ello.

Algunas normas comunes

Estas son algunas de las normas comunes a la comida de la práctica totalidad de los aviones:

  • Las preparaciones tienen una vida de aproximadamente de 72 horas, antes de ser desechadas. Esta es la ventana de tiempo dentro de la cual se considera que los alimentos conservan sus propiedades (sabor, calidad, caducidad…). Así que, si un avión se retrasa un determinado número de horas, toda la comida a bordo será sustituida por menús más recientes.
  • Cada menú debe llevar servilletas o toallas húmedas para una correcta higiene, y todos los complementos (cubiertos, sal, condimentos, etcétera) deben llevar su propio y único empaquetado.
  • Comandante y copiloto no pueden consumir la misma dieta. El motivo es fácil de comprender: ante una (improbable) intoxicación alimentaria, solo uno de los dos resultaría afectado.

Las estrictas normas de higiene de la comida en los aviones

Decimos improbable porque, aunque el 100% de seguridad es imposible, esta es altísima, como vamos a comprobar. Tras ese plato aparentemente sencillo hay una extensa cantidad de regulaciones que hacen muy difícil que a tu asiento llegue comida en mal estado.

El catering de un avión sigue una normativa mucho más rigurosa que los ya de por sí estrictos controles de seguridad en tierra firme. Es fácil de entender que una intoxicación alimentaria a bordo de un avión entraña complicaciones logísticas (como el número de baños, por ejemplo). Veamos bajo qué normas opera:

  • Las del ministerio competente del país en el que dicha comida se prepara. En España, por ejemplo, se regula bajo el Plan Nacional de Control de la Cadena Alimentaria, compartido por varias carteras.
  •  Las de la propia aerolínea y las de la empresa responsable del catering. En este punto nos encanta comentar que este año Iberia, cuyo proveedor es DO&CO, recibió el PAX Award al mejor servicio de comida a bordo en Europa.
  • Normas de higiene y seguridad alimentarias a nivel internacional. Por ejemplo, las de la Unión Europea.
  • Las regulaciones alimentarias y hábitos dietéticos del país de destino (pensemos, por ejemplo, en países que no consumen determinados tipos de carne por motivos culturales o religiosos).
  • Toda la regulación sanitaria relativa al empaquetado, transporte, manipulación y conservación de alimentos.

¿En qué condiciones se prepara la comida que se sirve en los aviones?

¿Cómo puede controlarse esta innumerable cantidad de protocolos de actuación? Las empresas que se ocupan de preparar la comida que se va a servir en los aviones cumplen unas estrictas normas de higiene para que sus espacios estén impolutos continuamente. Se higienizan cada muy poco tiempo (hablamos de minutos) y se trabaja a temperaturas muy bajas, que impidan la proliferación de bacterias.

El personal que trabaja en estas grandes cocinas lo hace con prendas especiales para combatir el frío y para impedir que los alimentos se contaminen. El cumplimiento de estas normas se completa con constantes inspecciones y auditorías de las que, evidentemente, no se da aviso previo.

Normalmente, la comida que va a subirse a un avión se prepara aproximadamente 8 horas antes del despegue. Después, se congela o refrigera debidamente protegida y envasada, contemplando todas las normas de seguridad alimentaria de las que hemos hablado. Una vez a bordo, esta se termina de cocinar en el avión, en hornos normalmente de vapor.

Los retos de los chefs: ¿por qué la comida sabe distinta en el aire?

Y aquí llega otra de las grandes preguntas. ¿Te has dado cuenta de que la comida en los aviones sabe distinta, como más sosa? Eso se debe, entre otros motivos, a que a esa altitud nuestras papilas gustativas pierden capacidad. Es, por tanto, habitual que los alimentos lleven un poquito más de sal de lo habitual (alrededor de un 15% más). Pero el reto de los chefs no termina ahí, ya que deben pensar en técnicas de cocción que sean compatibles con la seguridad alimentaria y, de paso, potencien al máximo el sabor de los platos.

El menú a bordo de Iberia cuenta con una amplia variedad que incluye intolerancias, alergias o restricciones temporales, para que todo el mundo pueda comer a su gusto. Además, y este es uno de los motivos por el que se nos ha premiado, utilizamos productos de altísima calidad mientras damos a conocer la extraordinaria gastronomía española, con productos locales y de temporada siempre que es posible.

¿Todos los alimentos pierden sabor en la misma proporción? No. Hay algunos que soportan mejor las alturas, como el pollo o la pasta, motivo por el que es muy probable que encuentres esta opción en los menús. Incluso hay algunos que mejoran su sabor cuando vuelas. ¿Te damos una pista? ¡Pide un zumo de tomate a bordo y compruébalo!

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