Distraerse

09/12/2010

Además de tratar de detenerlos, otra alternativa para hacer frente a los pensamientos automáticos negativos que se resisten a desaparecer, es distraernos de algún modo. Como es sabido, Iberia nos ofrece la oportunidad de pasar un rato entretenido leyendo las revistas Excelente o Ronda Iberia, viendo alguna película o escuchando música. Pero, evidentemente, podemos llevarnos nuestro propio material. En otro artículo sobre el miedo a volar, Gabriel García Márquez decía que leer en el avión no servía de mucho:

La lectura -remedio de tantos males en la tierra- no lo es de ninguno en el aire. Se puede iniciar la novela policiaca mejor tramada, y uno termina por no saber quién mató a quién ni por qué. Siempre he creído que no hay nadie más aterrorizado en los aviones que esos caballeros impasibles que leen sin parpadear, sin respirar siquiera, mientras la nave naufraga en las turbulencias. Conocí uno que fue mi vecino de asiento en la larga noche de Nueva York a Roma, a través de los aires pedregosos del Artico, y no interrumpió la lectura de Crimen y castigo ni siquiera para cenar, línea por línea, página por página; pero a la hora del desayuno me dijo con un suspiro: «Parece un libro interesante».

Él prefería escuchar su propia música, pero ya se sabe: para gustos, colores. Aparte de los que leen, escuchan música o ven una película, hay quienes, nada más subir al avión, intentan dormirse y quienes, por el contrario, prefieren mirar por la ventanilla. Sin embargo, una de las cosas más eficaces es escribir, ya que se trata de una actividad muy absorbente. Así, podemos aprovechar el vuelo para poner en práctica la técnica de las cuatro columnas para combatir nuestros pensamientos automáticos negativos.

Ahora bien, como el objetivo aquí es intentar distraernos para evitar la aparición de los pensamientos negativos recurrentes, deberíamos escribir sobre algo que no esté directamente relacionado con nuestro miedo a volar. Pero, ¿sobre qué? El psicólogo británico Richard Wiseman ha señalado en su libro 59 segundos: Piensa un poco para cambiar mucho que determinadas técnicas de escritura pueden influir positivamente sobre nuestra felicidad. Escribamos, pues, para ser más felices. Wiseman ha diseñado un pequeño diario con los siguientes apartados:

  • Dar gracias: escribir tres cosas que nos hayan ocurrido durante la última semana por las que merezca la pena sentirnos agradecidos.
  • «Me lo pasé en grande»: describir alguna de las experiencias más maravillosas de nuestra vida y cómo nos sentimos en ese momento.
  • Un futuro fantástico: describir cómo sería el futuro si todo nos hubiese ido bien y nos hubiésemos convertido en la persona que nos gustaría ser.
  • «Querido…»: escribir una breve carta a alguien especialmente importante para nosotros en la que le dijésemos cuánto lo apreciamos.
  • Revivir la situación: escribir tres cosas que nos hayan ido muy bien en los últimos siete días.

Según el autor, rellenar este diario durante una semana puede tener un impacto en nuestro ánimo de varios meses. ¿Por qué no comprobarlo por nosotros mismos?

Imagen | shifty eyes.

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