Puerto Rico tiene un sabor incomparable

05/07/2019

Puerto Rico no sólo ofrece un sabor de primer nivel cuando hablamos de la salsa que se canta y se baila en la isla, también cuando nos referimos al sentido primigenio del término: el gastronómico. Dentro de este destino ya hemos abordado materias naturalesde aventura o culturales, pero hasta ahora no habíamos tratado en profundidad su diversidad culinaria; y qué mejor momento para hacerlo que justo cuando se cumple el setenta aniversario de nuestra ruta a Puerto Rico, siete décadas de compromiso que nos permiten divisar en el horizonte un amplio abanico de platos y recetas capaces de sorprender hasta a los paladares más exigentes. ¿Nos acompañas en esta celebración de aniversario? Atento, ¡que despegamos!

Si hay un atributo que define la comida puertorriqueña, ése es, sin duda, el de mestizaje. Su gastronomía ha sabido mimetizar a la perfección la influencia de tres raíces tan diferentes como complementarias, una base en la que encontramos rasgos de cocina española, taína (procedente de los habitantes precolombinos de la isla) y africana, en la que cada parte aporta sus matices para crear un todo de primer nivel. De ahí que, con esta interesante mescolanza, ellos mismos la conciban como una cocina criolla en la que los productos de cercanía ocupan una posición de privilegio.

Y es que cualquier buena inclusión en la gastronomía de Puerto Rico que se precie debe comenzar por una obligada dosis de fritura: los tostones (imagen principal) son una opción muy extendida, plátanos verdes machacados y fritos, pero hay otras alternativas como los bacalaítos, una mezcla de harina y bacalao desmenuzado que encontrarás en cualquier puesto de la costa y en cualquier evento especial, o los famosos sorullitos, masa de maíz y queso que seguro no te dejará indiferente; los hay igualmente con sabor dulce. La gran estrella en este apartado son las alcapurrias, también hechas con base de plátano o yuca frita, pero en este caso rellenas de carne y muy, muy crujientes. Una variedad de lo más interesante, ¿verdad?

Solventados ya los aperitivos, habrá que descubrir los platos fuertes. Y comenzaremos con el santo y seña de la gastronomía puertorriqueña: hablamos de una pequeña montaña de plátano verde frito asemejando un volcán que se rellena de carne, de marisco o, en ambientes más sofisticados, de langosta; todo ello, con un inconfundible toque de ajo y acompañado en no pocos restaurantes de una ligera salsa de tomate. Apetecible, ¿verdad? Así es el mofongo (arriba), una receta que bebe directamente de la tradición boricua y de la que han sabido hacer patria. Acompáñalo de un refrescante jugo de frutas locales (piña, guayaba, papaya) y eleva la experiencia al máximo nivel.

 

El sancocho (arriba) es un guiso de potente sabor compuesto por verduras y carne, podríamos decir que la sopa favorita del puertorriqueño en cualquier temporada del año. Por un lado lleva calabaza, zanahoria, maíz, cebolla, ajo y (normalmente) ají, para darle ese toque ligeramente picante que tanto nos gusta; por otro, carne de res, aunque hay quien prefiere prepararlo con cerdo o pollo. Como son ingredientes de primera calidad, el resultado final siempre será espectacular. Suele acompañarse de una buena porción de arroz blanco.

Si hablamos de carne, el cerdo se erige como verdadero protagonista y, más concretamente, el lechón: carne blanca muy tierna y jugosa que se asa al carbón ensartado en una vara, a la antigua usanza, condimentado con pimienta, hierbas aromáticas y sal. ¿El resultado? Espectacular. Tanto, que hay establecimientos especializados llamados lechoneras y se han presentado incluso proyectos de ley para declarar el lechón asado como patrimonio cultural gastronómico de Puerto Rico. Imposible perdérselo, por tanto.

El arroz con habichuelas (arriba) te sonará probablemente por la famosa canción de Gente de Zona, que no van muy desencaminados: arroz con frijoles blancos o pintos, un básico en la cocina de la isla que miran a la tradición.

Llegado el momento del postre, la obligación me lleva a hablar del tembleque de coco, mi dulce favorito de la gastronomía puertorriqueña: leche de coco fresca, azúcar, canela y fécula de maíz, nada más. Tan sencillo como sabroso, se erige como líder de los postres nacionales, un nombre que designa a la perfección su textura esponjosa y su facilidad al vaivén sobre el plato. Y nada mejor para acompañar este momento que un buen café, otra de las señas de identidad de Puerto Rico, que aún conserva plantaciones de primera calidad y que disfruta de una segunda juventud gracias a las creaciones de expertos baristas y a establecimientos de diseño que le han otorgado el protagonismo que merece.

Ahora que ya conoces la esencia gastronómica de Puerto Rico, ¿se te ocurre una mejor forma de celebrar el 70 aniversario de nuestra ruta? Color, aroma y, sobre todo, ¡sabor! ¡Te esperamos pronto a bordo!

Imágenes | Sean GardnerjrromanhaldunsRequejo_Films

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