Una parte importante de nuestra autoestima viene determinada por el balance entre nuestros éxitos y fracasos. En concreto, lograr lo que deseamos y ver satisfechas nuestras necesidades proporciona emociones positivas e incrementa la autoestima. Podemos utilizar un método que puede hacer más fácil estos cambios. Este método está compuesto por cuatro pasos fundamentales:
1. Plantearse una meta clara y concreta.
2. Establecer las tareas que se deben realizar para lograrla.
3. Organizar las tareas en el orden en que se deberían realizar.
4. Ponerlas en marcha y evaluar los logros que se vayan consiguiendo.
1. Primer paso: plantearse una meta clara y concreta.
Una meta puede ser cualquier cosa que se desee hacer o conseguir. Plantearse una meta de forma clara y concreta ayuda a tener éxito porque nos ayuda a identificar lo que queremos conseguir.
La meta que nos propongamos ha de reunir una serie de requisitos. Debe ser una meta:
- SINCERA, algo que realmente queramos hacer o deseemos alcanzar.
- PERSONAL, no algo que venga impuesto por alguien desde fuera.
- REALISTA, que veamos que es posible conseguir en un plazo relativamente corto de tiempo
- DIVISIBLE, que podamos determinar los pasos o cosas que hemos de hacer para conseguirla.
- MEDIBLE, que podamos comprobar lo que hemos logrado y lo que nos falta para alcanzarla.
2. Segundo paso: establecer las tareas que se deben realizar para lograrla.
Una vez que se haya concretado la meta que se desea alcanzar, hay que pensar en lo que se tendría que hacer para conseguirla. No todo se consigue en un día: para conseguir mejorar en cualquier aspecto que te propongas has de hacer pequeños esfuerzos.
3. Tercer paso: organizar las tareas en el orden en que habría que realizarlas.
Si se intenta llevar a cabo todas las tareas al mismo tiempo, es muy probable que no se consiga nada. Para lograr una meta es muy interesante que se ordenen las tareas que se deben realizar y se establezca un plan de trabajo.
Una vez que se tenga la lista de las tareas que se deben realizar, debemos ordenarlas. El orden se puede establecer de forma lógica, según la secuencia temporal en las que se tengan que realizar o, en el caso de que las tareas no necesiten una secuenciación temporal, se puede empezar por las tareas más sencillas y que requieran menos esfuerzo, dejando para el final las más difíciles o costosas.
4. Cuarto paso: ponerlas en marcha y evaluar los logros que se vayan consiguiendo.
Una vez elaborado el proyecto personal habría que comprometerse con él y ponerlo en práctica. Para llegar a conseguirlo es importante ir evaluando los esfuerzos realizados. Esto puede ser difícil hacerlo uno mismo, pero es relativamente sencillo si se pide a un familiar o a un amigo que nos ayude a evaluar nuestros progresos.
Os invitamos a que realicéis un plan con vuestro próximo viaje en avión. Paso a paso y poco a poco. ¡Ánimo!
Foto | Marion Doss
}